Remmet Koolhaas nació en Rotterdam, Holanda, y en su adolescencia vivió en Indonesia, colonia neerlandesa por entonces en la que asegura que aprendió a saber mirar sin prejuicios. En sus inicios se dedicó al periodismo para luego comenzar a estudiar Arquitectura en la Architectual of Association de Londres, una ciudad horrenda con una comida horrenda en la que me costó sobrevivir. También Berlín le influyó mucho y le ayudó a decidir ser un arquitecto al que no le interesaran demasiado las formas, sino a intervenir en ciertas situaciones en la sociedad.
En 1975, de regreso a los Países Bajos, junto a tres socios abrió su estudio, el conocido OMA, Office for Metropolitan Architecture, hoy convertido en una destacada firma internacional en la que trabajan 400 empleados con oficinas en Rotterdam, Nueva York y Pekín. Sin embargo, Koolhaas recibe en una pequeña oficina de 20 metros cuadrados que OMA tiene en Ámsterdam, su actual ciudad de residencia.
Innovador y gran observador, además de arquitecto, Koolhaas también es un destacado intelectual de la arquitectura, un teórico que ha publicado numerosas obras, entre las que destacan S, M, L, XL, Mutaciones, Content y Delirious New York: A Retroactive Manifesto for Manhattan. Ningún arquitecto se ha ocupado tanto como él sobre la evolución de las metrópolis contemporáneas desde que Le Corbusier lo hiciera allá por los años veinte. Koolhaas siempre ha defendido la libertad de modelos.
A él le interesan, sobre todo, los proyectos a gran escala y una arquitectura de lo esencial que manifiesta su interés por el futuro. Distinguido por sus proyectos edilicios masivos y de gran consistencia física, en 2000 recibió el Premio Prizker, máximo galardón internacional de arquitectura. Desde entonces ha sido galardonado con el Praemium Imperiale, RIBA Medalla de Oro, y la distinción Doctor Honoris Causa por la Universidad Católica de Leuven, Bélgica.
Koolhaas no solo diseña, sino que también observa la realidad y practica el activismo político. Siempre se ha interesado por saber cómo las ideologías influyen en las ciudades y en los modos de vivir. En un momento como el actual, en el que se están dando procesos inéditos en la historia como el brexit y el auge de los populismos, Koolhaas se reconoce triste, aunque motivado para luchar. El arquitecto está firmemente comprometido con el proceso europeo. De hecho, forma parte del Grupo de Sabios, el Grupo de Reflexión sobre el Futuro de Europa, junto con otras personalidades como Felipe González.
“Como arquitecto me planteo si hay que romper con una línea de continuidad que viene del pasado, de la historia de la arquitectura, tanto de manera material como del concepto.”
“Creo que uno de los progresos más notorios es que ya no se siente la necesidad compulsiva de argumentar o justificar las cosas. Estamos mucho más dispuestos a admitir que ciertas cosas son instintivas y otras son intelectual.”
“Cualquier proyecto arquitectónico que hacemos toma por lo menos cuatro o cinco años, por lo que cada vez más existe una discrepancia entre la aceleración de la cultura y la lentitud de la arquitectura.”
“Uno presenta un trabajo y te pueden dar las gracias y decirte que es muy bueno, pero hay un 80% de posibilidades de que el trabajo acabe en la basura.”
“Los arquitectos estamos mal relacionados con el mundo. Conseguimos trabajo participando en concursos que te pueden arruinar. Y los concursos exigen entender los lugares.”
El mundo está lleno de gente interesante, de gente que aporta, que crea, que sabe… la gente que construye en sociedad, la gente que admiramos, en la que creemos, es ésta.
Abogado, doctorado en ciencias políticas y presidente número 28 de Estados Unidos, Woodrow Wilson nació en Staunton, Virginia, el 28 de diciembre de 1856. + ver
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