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Mixología nutritiva y creatividad. Los cócteles comestibles de Matthew Biancaniello.

Mixology como ciencia, como inspiración, como abrumadora necesidad de probar sabores nuevos.

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No pienses en sólo un par de ingredientes combinados magistralmente. Ve más allá y concéntrate en el poder creativo de Da Vinci y la capacidad de divertirse creando de Willy Wonka. Tal vez así entiendas que lo que el Chef de los Cócteles Matthew Biancaniello genera es mucho más mágico de lo que esperabas.

Mixology como ciencia, como inspiración, como abrumadora necesidad de mezclar. No había nacido para esto.. o sí. Pero su versión de la coctelería va de otra cosa. Viene cargado de una historia de familiares con alcoholismo y su necesidad imperante de escaparse de ese mundo. Viene de conocerse la noche de Los Angeles y NY y también el día, gracias a uno de sus últimos trabajos en la revista Time Out New York y de ahí a una empresa de catering. La curiosidad hizo el resto y comenzó a leer sobre las bases de la coctelería y, de forma autodidacta, su cabeza no de dejó de crear. Y así se animó a probar otro tipo de bebidas. Mas… ¿nutritivas? mas ¿alimenta-espíritu? Más, ¿mucho más?

Los drinks como arte surgían de sus manos y oficialmente su primer trabajo como bartender fue en el Library Bar del famoso Hollywood Roosevelt Hotel. Pronto las ideas siguieron creciendo y durante mucho tiempo llevó a escondidas sus propios ingredientes para ofrecer a los clientes. No le bastaban las mezclas conocidas. Así que comenzó a introducir sus elementos comprados de su bolsillo. Como era lógico, en algún momento los dueños se dieron cuenta y no fue hasta que probaron una de sus creaciones que fue el bar quien se encargó de hacer la compra para las recetas de Matt.

Hoy en día se lo puede ver en su parcela de la huerta orgánica de su comunidad recogiendo especias y verduras para sus creaciones. También por el mercado de productores de Santa Mónica… oliendo una naranja, palpando un melocotón… dejándose tentar… Maracuyá (también conocida como fruta de la pasión), ortiga, flores de cilantro, borraja, ruibarbo… Todos son personajes de sus cócteles. Y del mercado a las colinas a su rincón secreto de Malibú para recoger un poco de toyón (una planta específica de California que utilizaban las tribus Chumash, Tongva y Tataviam). Ginebra orgánica, flores de rúcula y mostaza. Y luego del paseo recolectando en distintos puntos de la ciudad sus ingredientes, se encierra en su laboratorio casero donde crea y crea sin parar. Hasta tiene sus propias colmenas para elaborar sus tragos a base de miel.

Biancaniello tiene algo de científico loco, de esos que se obsesionan hasta encontrar el balance perfecto, haciendo que eso que se imaginan se haga realidad (aunque a veces, también admite que la casualidad puede ser mejor que la imaginación).

Y así nacen su Salvia Celestial (Sage Heaven) con frambuesas, salvia, limón, jengibre y Ginebra. Su Mother Mary: un Bloody Mary preparado en 17 pasos. Hierbas, remolacha, rábanos, Aquavit (la bebida alcohólica escandinava con una graduación de 40º), y el vodka Hangar One Mandarin. The Melonette, con kiwi, albahaca, ron, y jalapeño. ¿Qué? Sí.

También el «A walk in the Garden» una infusión de hinojo y ginebra con zumo de apio fresco. El «Morocan Masterpiece», «Lost in Laos» y el «Roquette» (con rúcula salvaje). También de sus ideas surge el «The Last Tango in Modena» que lleva vinagre balsámico añejado durante 15 años, ginebra Hendricks, espuma del licor francés St. Germain y fresas. The Whole Enchilada: tequila infusionado en chile chipotle, mezcal, naranja sanguina y flores comestibles de borraja. Aseguran que tiene un sabor ahumado, un twits picante y especiado. Es dulce y amargo. Y mientras se debaten entre las sensaciones que produce, todos opinan que es simplemente increíble. El Nutty Monk: Licor Benedictine, aceite de nueces, zumo de limón y virutas de cacao.
Lost in Laos: cilantro, pimienta de Cayena, pistachos, sirope, licor Chartreuse, jengibre, leche de coco, ginebra ,Hendricks gin y notas de combava (lima de kaffir).

Y sus creaciones van más allá y crea helados con erizo de mar y tinta de calamar.

Entre las leyendas, dicen que contratarlo para un fin de semana ronda los 20.000 dólares y que alguna vez una mujer se adueñó de él durante 11 horas sin parar para que le preparara sus bebidas.

Su primer libro “Eat your Drink” ( Harper Collins) saldrá publicado en noviembre de este año. Allí plasmará sus recetas como si fueran un menú con primeros segundos y postres.

Más información Matthew Biancaniello

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