Esta crema de calabaza con berenjena y rúcula es toda una locura. Es suave, delicada, profunda, personal e increíblemente deliciosa.
Octubre es el mes por excelencia de la calabaza y por supuesto de la berenjena, y aunque prácticamente las podemos encontrar durante todo el año, es ahora cuando están en todo su esplendor.
Ambas verduras son nutritivas y están llenas de vitaminas, minerales y fibras. La berenjena es una gran aliada para reducir la grasa que se nos acumula en el abdomen y al igual que la calabaza contiene un gran porcentaje de agua y un bajísimo porcentaje de calorías, lo que hace que esta crema sea perfecta para cuidarnos tanto por dentro como por fuera.
Personalmente la calabaza me apasiona de manera extraordinaria, ya sea asada, en sopa, a la plancha en sándwiches, en diferentes cremas o delicadamente dulce, servida como postre con helado de vainilla, si nunca la habéis probado así, os invito a que lo hagáis hoy mismo y disfrutéis de un sabor verdaderamente personal y diferente.
Para completar esta estupenda crema de calabaza he añadido cebolleta fresca, un poco del saludable jengibre, un toque de pimentón picante y una ramita del aromático romero para aportar aún más gusto y profundidad. Y como toque final, he vestido esta crema con rúcula fresca recién picada para darle un contraste de color, sabor y textura.
Ahora, si estáis listos, tomad buen nota de como hacerla vosotros mismos en casa y no olvidéis que si hacéis más cantidad podéis conservarla en el frigorífico durante 4 o 5 días en pequeños tuppers para llevar al trabajo.
Receta: Crema de calabaza con berenjena y rúcula fresca.
Poner a calentar el aceite en la base de una cazuela. Saltear el jengibre cortado muy menudito, la cebolleta cortada en cuartos y la berenjena pelada y troceada.
Una vez estén brillantes se incorpora la calabaza, sal al gusto y el pimentón picante. Remover durante un par de minutos y seguidamente verter el agua.
Cerrar con una tapadera, y una vez suban las anillas de la olla rápida apagar el fuego y mantener en la fuente de calor hasta que bajen por completo.
Directos al paladar. Productos tan deliciosos como difíciles de encontrar “cocinados” o embotellados, en series limitadas, bajo la vigilancia de los expertos más selectos.