Superhelix Pracownia Projektowa Vivir en una casa camaleónica.

Esta casa se confunde con su entorno regalando a sus dueños un extra de privacidad.

No es la primera vez que vemos una casa con el jardín en el tejado o con un tejado de césped pero no por eso deja de sorprendernos, esta idea marca un camino para la arquitectura de vanguardia cuando pone en el punto de mira la sostenibilidad del planeta y el uso de fuentes de energías renovables y no contaminantes, en definitiva, cuando pone la naturaleza por encima de todo, incluso del tejado.

Viajamos a Polonia para conocer los detalles de esta espectacular vivienda diseñada por el equipo de arquitectos de Superhelix Pracownia Projektowa y lo primero que descubrimos es que, vista desde el aire, se confunde con el entorno natural en el que está ubicada, es una casa camaleónica además de ecológica; esta vivienda forma parte de una urbanización de diez chalets ¿cómo conseguir un alto nivel de privacidad en un lugar así? el equipo de Superhelix Pracownia Projektowa lo tuvo claro, diseñar una casa bajo un tejado que no parezca un tejado.

Del mismo modo que las zonas rurales más apartadas van perdiendo población paulatinamente, las zonas urbanas crecen y absorven los pueblos que las rodean y nacen nuevas zonas suburbanas y residenciales; diseños como el de esta vivienda conjugan la funcionalidad de las casas más modernas con el respeto al entorno natural en el que se ubican.

La casa tiene dos plantas y una superficie útil de casi 190 metros cuadrados, cuenta con paneles fotovoltáicos y un magnífico tejado natural con 45º de inclinación; la estructura de la vivienda es de madera de cedro que, curiosamente, no ha sido tratada para soportar las inclemencias del tiempo porque no lo necesita, lo hace de forma natural y, en el proceso, la madera cambia de color, acabará siendo casi gris. Además, el tejado verde, aunque es de lo más natural, no necesita cuidados especiales porque su orientación norte le permite soportar incluso la estación seca.

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Pequeños caprichos que ponen un toque de confort en nuestra rutina. Objetos de mesa o decoración que nos hacen sonreír de puro placer estético y sin los que ya no podríamos estar.

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