Comedia Un secuestro en el Teatro Fígaro.

Paco tiene cincuenta años. Lleva toda su vida trabajando como carnicero en un puesto del Mercado de La Latina. Pero lo van a cerrar. Todo depende de un voto. El del ministro de turno que, con mordida de por medio, ratificará sin pestañear la operación corrupta. Así que Paco, desesperado, decide que su única opción es secuestrar al hijo del tal ministro para obligarle a cambiar su voto. La cosa parece ir sobre ruedas. Hasta que su hermana irrumpe en la escena. Y su cuñado. Y todo se complica. Más. Mucho más.

Gabriel Olivares —director del taquillazo Burundanga— lleva al Teatro Fígaro esta disparatada comedia de políticos y gente de la calle. De familias y de humor. De crisis y corruptelas. Todo muy español y muy divertido, pues la mejor manera de afrontar (y de paso criticar) una realidad que no nos es ajena precisamente. Y ahí radica la chispa de todo este entramado de despropósitos: en la carcajada y el humor.

Así lo explica Fran Nortes, el autor de la obra. El secuestro nace de la necesidad de reírse de uno mismo, del vecino y de la adversidad. Cuando los que tienen que velar por nuestro bienestar nos roban y nos “ningunean” no queda más remedio que tomar cartas en el asunto. Paco, nuestro protagonista, vive una tragedia muy real, casi cotidiana en nuestros días; tiene cincuenta años, una hipoteca, una hija pequeña y se ve en la calle y sin futuro. Paco se convierte en justiciero, como Charles Bronson, como Batman. Pero Paco no es Charles Bronson. Ni Batman. Paco, es Paco.

Desternillante, a veces descalabrada, en la historia se suceden todo tipo de situaciones, trágicas y cómicas, fruto de la desesperación y las circunstancias extremas. Circunstancias a las que los protagonistas dan la vuelta convirtiéndolas en usa sátira destartalada sobre el abuso de poder, la estafa, la venganza. Pero al tiempo representa una apología de la solidaridad, la integridad y la buena gente. Porque Paco, pese a actuar como un delincuente, no es más que un hombre agobiado por la circunstancias.

Si el texto y los diálogos son magníficos, el reparto es otra de las claves. Olivares suele decantarse por excelentes actores independientemente de su renombre. El secuestro no es una excepción. Jorge Roelas, Diana Lázaro, Leo Rivera, Carlos Heredia y el propio Fran Nortes dan vida a estos intrépidos antihéroes de barrio con un único fin: que el público disfrute.

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Hasta el 16 de octubre de 2016 en el Teatro Fígaro de Madrid. Funciones: miércoles y jueves a las 20:30 h.; viernes a las 20:00 y 22:00 h.; sábados a las 19:00 h y 21:00 h. y domingos a las 19:00 horas.