Un mantón de la China.
Hubo un tiempo en el que Madrid era un pueblo con palacio...
Hubo un tiempo en que esta ciudad de Castellanas y M-30s, de prisas sin pausas, de comidas rápidas y besos a escondidas, de oficinas y ministerios, era un patio de vecinos. Hubo un tiempo en el que Madrid era un pueblo con palacio, una gente que vivía en las calles y en los mercados. Hubo un tiempo que Madrid era Zarzuela.
La Zarzuela como género es algo que se debería enseñar en los colegios, es nuestro Music-Hall, nuestro Broadway. Dejar de llamarla género chico y empezar a denominarla género nuestro, o amigo, o género colega. Dejar de pensar si es antigua o no, si está de moda o no, si pertenece a un determinado sector o no. La Zarzuela mola. La Zarzuela estaba hecha por y para el mismo tipo de personas que ahora estamos a pie de calle, tienda u oficina viviendo el día a día de esta ciudad de locos y poetas. La Zarzuela es música, comedia, drama. Es una ópera hecha para gente de a pie.
Y para muestra, el montaje que este fin de semana sale a escena en Los Teatros del Canal, La Verbena de la Paloma, una versión actualizada de la obra de Tomás Bretón a cargo de Marina Bollaín en la escena y Miguel Roa y Manuel Coves en la parte músical. Una oportunidad para llenar bolsillos de canciones y situaciones que están más cerca de nosotros de lo que pueda parecer a primera vista.
Y lo mismo al día siguiente, aunque no sea la Virgen de la Paloma, un Mantón de la China, la china, la china, la china… te puedes regalar.
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