Aún luce blanca y radiante en todos los mercados. Con ella puedes preparar innumerables y llamativos platos rebosantes de personalidad gracias a su sabor fuerte y característico: Hervida con una salsa de setas, puerros, y un toque de trufa negra es una apuesta segura para quedar de lujo cualquier día de la semana o si lo prefieres, también puedes convertir a la robusta y compacta coliflor en una suave y delicada crema con puerro y manzana.
Su vitamina C, junto al ácido fólico, el potasio, el calcio y la fibra que contiene, ofrece multitud de beneficios a nuestro organismo; ayudándonos en la eliminación de líquidos, a reducir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, a prevenir enfermedades degenerativas y a regular nuestros niveles de colesterol en la sangre, y éstas son solo algunas de sus muchas virtudes.
Una verdura completa y generosa que debes tener muy en cuenta a la hora de hacer tu lista de la compra, después, solo tienes que seguir mis recetas para disfrutarlas en todo su esplendor.
1 coliflor, 4 dientes de ajo, 1 cucharada de harina, 2 cucharadas de pimentón dulce de la vera, 1/2 cucharada de pimentón picante, sal, 4 cucharadas de vinagre de vino y aceite de oliva.
Pela, lamina y fríe los ajos en una sartén con aceite de oliva. Cuando empiecen a estar dorados añade la harina y fríela durante 1-2 minutos sin parar de remover.
Seguidamente el vinagre, el pimentón dulce y el picante. Mezcla suavemente durante 30 segundos y añade poco a poco el agua de la coliflor. Liga suavemente con unas varillas.
Directos al paladar. Productos tan deliciosos como difíciles de encontrar “cocinados” o embotellados, en series limitadas, bajo la vigilancia de los expertos más selectos.
