Capitales.

Érase una vez la historia del S.XX a través de sus capitales... y sus guerras.

Abrió un poco todas las ventanas dejando que la casa de ventilara mientras disfrutaba de un rico bizcocho de vainilla y chocolate (¡sin azúcar!) para desayunar; lo había preparado el día anterior, llevaba harina de avena y de coco, también almendra molida, un yogur de vainilla, una cucharada generosa de esencia también de vainilla, el eritritol justo y necesario y los trucos de rigor (el punto de batido de los huevos, la cucharadita de bicarbonato, la pizca de sal…) además, por supuesto, de la deliciosa cobertura de chocolate negro y, para decorar, almendras picadas. Pensaba que tendría garantizado el desayuno para toda la semana pero la cara de placer con la que su hijo degustaba su trozo de bizcocho la devolvió a la realidad: o lo reservaba solo para él, cosa que haría, o el bizcocho no llegaría al miércoles…

Después de ese pequeña y dulce concesión (aunque sin azúcar) acompañada de una café largo y cortado se puso en marcha; para cuando su hijo la llamó a capítulo para la gestión de dudas la casa era ya un lugar ventiado y recogido, apacible, cálido y acogedor en el que disfrutar de un domingo tranquilo.

Se plantó en la habitación del adolescente de la casa dispuesta a explicar las frases recíprocas y reflexivas en español, las pasivas en inglés o repasar el vocabulario de francés, que por ahí iba el temario de la segunda evaluación pero todo eso lo había resuelto el jovenzuelo por su cuenta y la cosa aquella mañana no iba de dudas sino de aclaraciones… ¿aclaraciones? Se acercó a la mesa para descubrir los mapas políticos que habían comprado días antes, vio que la cosa iba de países y capitales, miró al enorme mapa del mundo que ocupaba toda una pared de la habitación y se preguntó qué aclaraciones serían necesarias…

-Esto es Ucrania, lo que está invadiendo Putin ¿verdad?-
-Sí-
-Y esto Bielorrusia que está con Putin ¿no?-
-Así es ¿capitales?-
-Ya, de Rusia es Moscú y de Bielorrusia Minsk pero eso ya lo veo en el mapa, lo que pasa es que claro, ahora entiendo que en Estonia, Letonia y Lituania estén preocupados… ¡y en Finlandia! que están al lado, mira que si a Putin se le ocurre invadirlos a ellos…-
-Algunos de esos son países de la OTAN-
-Ya… por eso dice papá que podría haber otra Guerra Mundial si alguien se le calienta la cabeza tanto o más que a Putin y si no ayudan a Ucrania a pararlo ¿no?-
-Más o menos… ¿Ucrania capital?-
-¡Kiev! esa me la sé, está en la tele todos los días… pero mamá ¿y las otras Guerras Mundiales cómo empezaron? La última sé que fue por Hitler, lo que vimos en la película del niños del pijama de rayas, pero ¿y la otra? ¿hubo dos en tu siglo, no?-

Tras la aclaración relativa a que su siglo era tanto el pasado como el actual, no como él que solo podría darse el gusto de disfrutar de un siglo (cosa a la que él replicó con un ‘ya veremos’ puesto que pensaba vivir 100 años…), entraron en materia acerca de las Guerras Mundiales.

A punto estaban de dar por terminada la sesión de aclaraciones cuando el padre del adolescente asomó la cabeza

-¿Con qué estáis?-
-Geografía e historia, capitales y eso…-
-Puf… nosotros no tuvimos que estudiar tantas…-
-¡Qué morro! ¿Y por qué?-
-¡Porque no existían! – respondió su padre señalando hacia la zona de la Europa del Este y Yugoslavia-
-¿No existían?-

Y así pasaron de las Guerras Mundiales a la caída de la Unión Soviética y la guerra en la antigua Yugoslavia.

Pues sí que pasaron cosas en vuestro siglo… porque en España también hubo guerra… puf! Ahora voy a poner las capitales en el mapa y empezar a estudiármelas que estas son fáciles… las de África son un follón…

Lo dejaron de nuevo solo en la habitación con sus mapas políticos, sus capitales y las aclaraciones recibidas, aclaraciones que no habían sido más que un anticipo de lo que tendría que estudiar en historia cuando el temario llegase al S.XX.

-Como me pregunte de África tanto como de Europa me pilla … –
-A mi como siga hablándome de ‘mi siglo’, me va a hacer sentir más vieja de Matusalém-
Ná, ese no es de nuestro siglo, es anterior… –
-Ríete, ríete… pero tú eres de mi siglo 5 años más que yo-.

Sonaban las noticias del fondo mientras ponían la mesa para cenar, las imágenes de Mariúpol devastada eran estremecedoras –pues os digo una cosa– sentenció el adolescente que descubría país a país y capital a capital las guerras de Europa –yo creo que a los que creen que le pueden decir a otros países lo que tienen que hacer no los tenían que dejar se presidentes de ningún país, nunca-.

Tal y como lo dices parece fácil, pero eso supondría tener que decirle a un país que no puede poner a un determinado presidente, decirle por ejemplo a los rusos que no pueden poner a Putin y eso sería, precisamente, decirle a un país lo que tiene que hacer o dejar de hacer

Ya, si fácil no será– dijo el adolescente sin apartar los ojos de la televisión –pero más fácil que arreglar eso, seguro, que los que se han muerto ya no tienen solución– añadió mirando las imágenes de los edificios bombardeados de Kiev.



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