Veranear como un virrey.
Un lugar para el sosiego y la calma donde el tiempo parece haberse detenido.
Corría el año 1524 en el valle de Panchoy cuando don Pedro de Alvarado fundó Santiago de los Caballeros de Guatemala, hoy Antigua. Tres volcanes ─Agua, Fuego y Acatenango─ flanquean esta hermosísima ciudad colonial célebre por sus rosas, orquídeas, chichicastes y chumberas, su eterna primavera y la belleza de su arquitectura. Las calles empedradas nos revelan sus secretos, las casas y zaguanes nos hablan de su historia y de sus leyendas (El Cadejo, La Tatuana, La Llorona, El Duende o Sombrerón...). Un lugar para el sosiego y la calma donde el tiempo parece haberse detenido.
Entre conventos e iglesias, mercados y cererías, cultura y tradiciones se alza armonioso, regio y lleno de encanto el hotel Camino Real. Nos reciben jardines y piscinas, fuentes, techos arqueados, patios y pasillos llenos de paz y relajación donde disfrutar de un merecido descanso en alguna de sus 86 lujosas habitaciones decoradas con estilo y elegancia. Para sentirse como un virrey cuenta, además, con nueve suites tipo loft y dos suites reales de 250 m2 distribuidas en dos niveles. Tratamientos a la carta en el SPA y un baño de burbujas en el jacuzzi más grande de Centroamérica antes de una cena a la luz de las velas en su magnífico restaurante hacen de nuestra estancia un paseo inolvidable.
La Antigua, conocida como el Monumento de América, fue la capital del Reino de Guatemala durante la época colonial hasta que en el año 1773 fue destruida por los terremotos de Santa Marta. En 1965 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.