Luces de la ciudad. El Nueva York de Marvin E. Newman.

Tras publicar algunos trabajos de Marvin E. Newman en 'Nueva York: retrato de una ciudad', TASCHEN presenta la primera monografía del fotógrafo en una Edición de Coleccionista.

Para empezar a hablar sobre Marvin E. Newman, tengo que hablar de Gay Talese. Y no, no ha sido el fotógrafo neoyorquino blanco de ninguno de esos grandes perfiles del maestro de la crónica.

Sin embargo, hay en las instantáneas urbanas de Newman mucho de la prosa poética del periodista. Más aún si viajamos a Nueva York. Esa ciudad de cosas inadvertidas. Esa ciudad para los excéntricos, los porteros de hotel, las hormigas del Empire State, los mendigos desplomados en un banco de Central Park o los maniquíes impecables de las vitrinas de la Quinta Avenida.

Si Gay Talese escribió en 1961 uno de los más bellos retratos de Nueva York, la retina de Marvin Newman trabajaba en la misma empresa desde una década antes. Da igual quién fue el primero. Quién comenzó a construir la historia de una ciudad basándose únicamente en lo que los otros no ven. Porque lo importante es lo que ellos vieron. Lo que han sido capaces de trasladar para hacernos viajar a la ciudad eterna.

La capacidad de detenerse ante una sombra, de convertir en poesía lo inadvertido. Tal vez sea ese el único secreto. Porque la fotografía, como el periodismo —lo dijo Norman Mailer—, al final siempre es ficción. La ficción de construir historias reales desde un punto de vista personal. Y exclusivo.

Marvin E. Newman (1927) nació y creció en el Bronx, donde su familia regentaba una panadería. Comenzó a estudiar fotografía a los dieciséis años en la Universidad de Brooklyn con Walter Rosenblum y Berenice Abbott como maestros. En 1952, tras obtener uno de los primeros másteres en fotografía del Instituto de Diseño de Chicago, regresó a su ciudad natal.

Concentrado en Brodway y Wall Street, vagó por las aceras de la gran urbe retratando los ritmos frenéticos de una ciudad infatigable, las sombras de sus habitantes proyectadas sobre el hormigón como grafismos de cuerpos triangulares y cabezas redondas. Imágenes congeladas entre estallidos de luz. Por ello, al contrario que la mayoría de sus colegas de la Photo League —Paul Strand, Berenice Abbott, Aaron Siskind—, Marvin abrazó el color casi desde el principio.

Relegada a la moda, la publicidad y las instantáneas familiares de baja calidad, existía entre la comunidad artística de la época una clara resistencia al uso de la fotografía en color. No fue hasta la década de los 50 que la película en color comenzó a considerarse un soporte profesional respetable y Newman fue uno de los pioneros.

Tras publicar algunos trabajos de Newman en Nueva York: retrato de una ciudad, TASCHEN presenta la primera monografía de la carrera del fotógrafo en una Edición de Coleccionista limitada que incluye 170 fotografías tomadas entre finales de la década de 1940 y principios de la de 1980.

Casi medio siglo de trabajo que no sólo incluye una narración del Nueva York de la época. También documenta ciudades como Chicago o Las Vegas, escudriña entre los burdeles más sórdidos de Nevada. Siempre con la misma técnica impecable. Con la misma sensibilidad. La misma mirada caótica que permite descubrir los contrastes, las paradojas, las complejidades de un país descomunal, ecléctico, extraño.

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Marvin E. Newman. Edición de 700 ejemplares + 160 APs. Autores: Reuel Golden, Lyle Rexer. Tapa dura en estuche, 30,5 x 44 cm, 236 páginas. ISBN 978-3-8365-6145-7
Edición: inglés



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