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El amor por tres naranjas.

Una ópera de Sergei Prokofiev compuesta en los años de exilio en los Estados Unidos.

Pocos días después de estallar la Revolución Bolchevique de 1917, Prokofiev solicitó permiso para abandonar su convulsionado país alegando motivos de salud. En mayo de 1918 partió hacia los Estados Unidos, pasando previamente por Japón, donde ofreció algunos conciertos. Al llegar, Cleofonte Campanini, director de la Compañía de Ópera de Chicago, le encargó una ópera. Así nació una divertida obra que estaría terminada seis meses después bajo el título de El amor por tres naranjas.

Escrito por Prokofiev en cuatro actos, el libreto de El amor por tres naranjas está basado en la traducción que hiciera Vsévolod Meyerhold del cuento dieciochesco de la comedia del arte de Carlo Gozzi Fiaba dell’amore delle tre melarancie, inspirado a su vez en un cuento de hadas de Giambatista Basile. En él, un mago y una hechicera se disputan el destino de un melancólico príncipe. Nadie le puede hacer reír, y es condenado a enamorarse de tres naranjas en cuyo interior habita una bella princesa. Pero las tres naranjas están custodiadas por una vieja y fiera cocinera.

Aunque como hemos apuntado el compositor terminó la partitura en unos pocos meses, el fallecimiento de Camparini en 1919 retrasó el estreno. Finalmente, la primera representación se realizó –con el libreto original traducido al francés- el 30 de diciembre de 1921 en Chicago, entre la incomprensión de público y críticos que dudaban de lo que realmente había querido decir el compositor con una ópera tan absurda. En cualquier caso, la ópera nunca se ha representado mucho debido al gran número de personajes y a la complejidad de la puesta en escena.

Por ese motivo, el mismo Sergei Prokofiev extrajo de la partitura el conjunto de seis piezas que conforman la Suite orquestal op. 33 bis, de la que el números más famosos es la Marcha que hoy os traemos para que escuchéis.



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