Una noche en la Ópera.

No nos atormentes a ti y a mí con unos celos inútiles. Ten confianza en mi amor –tienes muchas pruebas de él– y verás cómo somos felices, y ten por seguro que sólo el comportamiento sensato de una mujer puede atar a un hombre. Adiós, mañana te abrazaré de todo corazón. Así le escribía Mozart a Konstance –su mujer– mientras ella se entretenía feliz con un alumno, poco antes de la primera representación de Così fan tutte en el Burgtheater de Viena, en enero de 1790.  Y tal vez esta situación influyera en la composición de la ópera: todo un tratado sobre el matrimonio, los celos, el deseo y el amor, considerado absolutamente escandaloso y libertino en la época.

Liberal y humanista, el ingenio de Wolfgang Amadeus Mozart se alía de nuevo con Lorenzo Da Ponte, autor de los libretos, para dar rienda suelta a un argumento sin precedentes: una apuesta retorcida que pone a prueba el amor de dos jóvenes parejas. Infidelidad, celos, emociones que se deslizan peligrosamente sobre el filo de la navaja, juegos sutiles de seducción, tentaciones y pasiones “prohibidas” con el intercambio de parejas como telón de fondo se suceden con ironía a lo largo de una composición ágil, sencilla, melódica, sin pérdidas de ritmo que funde las bases de la ópera cómica con la estética clásica gracias a una simetría estructural perfecta: dos actos, dos parejas, seis personajes (tres hombres y tres mujeres), duetos y arias paralelas.

Semejante trama no puede ser más afín a la visión del mundo que Michael Haneke pone de relieve en casi todas sus creaciones cinematográficas: inquietante, turbadora, un tanto ambigua. Un tema ideal para el director de películas como Funny Games, La cinta blanca o La pianista, que vuelve a la ópera para estrenar su puesta en escena justo un día antes de la entrega de los Premios Oscar en los que su última película, Amour, ha sido nominada en cinco categorías. Tras la fascinante estética desplegada en una particular versión de Don Giovanni, cuya acción dieciochesca se traslada a un rascacielos en pleno siglo XXI, la expectación que despierta el nuevo montaje es infinita. ¿Dónde transcurrirán los enredos de Cosi fan tutti? ¿Cómo será el vestuario? ¿Volverá Haneke a sorprendernos con un desarrollo insólito en un escenario actual? Porque de este nuevo proyecto no revela ni media pista. De modo que solo nos queda esperar al 23 de febrero para descubrir el secreto. 

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Dirección musical: Sylvain Cambreling, Till Drömann (12 mar, 15 mar, 17 mar)
Dirección de escena: Michael Haneke

Continuo: Eugène Michelangeli (fortepiano)
Escenografía: Christoph Kanter
Iluminación: Urs Schönebaum
Dirección del Coro: Andrés Máspero

Fiordiligi: Anett Fritsch
Dorabella: Paola Gardina
Ferrando: Juan Francisco Gatell
Guglielmo: Andreas Wolf
Despina: Kerstin Avemo
Don Alfonso: William Shimell

CORO Y ORQUESTA TITULARES DEL TEATRO REAL
(Coro Intermezzo / Orquesta Sinfónica de Madrid)