Larraitz de Azumendi. Entre retratos.

Larraitz de Azumendi, señora del retrato y el color.

Larraitz de Azumendi, señora del retrato y el color. Nacida en el 74 en Bilbao, lleva 15 años en la capital, desde que comenzó aquí, su carrera como arquitecta. Pero como decimos, no son sus construcciones o edificios los que nos reúnen hoy, santo miércoles de Talent, sino sus ilustraciones únicas que muestran con finas líneas y golpes de inspiración lo más misterioso y profundo de sus retratados.

Es un regalo ir dando a luz a los retratados y ver cómo van surgiendo para sentarse a mi lado”.

De pequeña decía que sería artesana y tras licenciarme como arquitecto colgó el casco para seguir en el mundo editorial en el que había entrado durante sus estudios. Ha trabajado para varias revistas durante años hasta hace un par de meses. Paralelamente hace una década montó su propia marca de complementos de mujer y ha trabajado, entre otras, para la boutique de su admiradísimo Josep Font. Pero a lo que nos atañe, su labor y arte como retratista es su nuevo descubrimiento que la mantiene pegada a un buen montón de pinceles día y noche. Hace años pintaba con óleo, luego con acrílicos y ahora le gusta el maridaje de las acuarelas con el rotulador.

Sus pasiones: la luz, Gloria Fuertes, Egon Schiele, el queso, los colores, Frank Sinatra, Mr Finch, las flores frescas y secas, las cosas con varias vidas, andar descalza sintiendo la tierra, cómo no, su marido, la buena gente y cualquier animal, en especial su perra Pompa.

Todo lo que llega nutre, pensamos, y en su caso hay un buen ramillete de inspiraciones y referentes: Alvar Aalto, Elisa Palomino, Jo Hamilton, Diana Beltrán Herrera, Asier Etxeandía, Frida Kalho, Maïa Vidal, Julio Cortázar, Marynn…

Con los retratos necesito un buen par de ojos que me miren. En la mirada está la persona y si eso falla el retratado es otro. Para otros proyectos y colaboraciones he de ver latidos en ello, que exista vida”.

Detrás de esta pasión por el retrato y la ilustración hay una historia aún más alucinante y emotiva. Pompa, el bulldog francés que acompaña a nuestra talentosa la mayoría del tiempo, tiene una enfermedad coronaria, por ello, desde hace meses Larraitz busca diferentes maneras de eternizarla para que siga con ellos cuando ya no esté.

El color viste todo lo que me rodea y las combinaciones del mismo surgen sin meditar, son así porque así deben de ser. Como la poesía que consumo, como la escritura que me atrapa, con la verdad y sin estudio. Vomitada como el agua de las rocas”.

No planea, va como la mayoría, semana a semana. Sí que tiene, sin embargo, en vistas una exposición en Bilbao y un proyecto relacionado con el mundo del surf y del mar. Hoy, ¿qué podemos ver de ella? ¿cómo la encontramos? Pues es de nuestro agrado poder convocarles a la muestra que la Gabinoteca tiene en la actualidad, «Versión doble del cine español«, en la que ella y Cecila Sánchez retratan a doce actores españoles.

Al final es la vida la que decide, lo mejor es remar con trabajo según decida la marea y disfrutar del viaje. Por dónde vaya o en qué sitios calaré no es algo que me quite el sueño, ya que el arte siempre es compatible”.

Más información Larraitz con Pompa



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