Javier Jimeno. Fotografía y versos.

Hace tiempo que ir de recital por la noche madrileña puede significar convertirse en objetivo de las cámaras de Javier Jimeno Maté, dedicado a perseguir y retratar a los rostros de la poética bohemia que circula, día sí, día también, por nuestra ciudad.

«Trabajo unas cinco o seis horas al día en los procesos de revelado y preparación de fotos, sesiones, proyectos, etc. La noche me gusta y me dejo caer por La latina, Lavapiés, Malasaña, y en general donde haya algo que me interese o la promesa de una sonrisa hermosa.»

Cree que para esto de la cámara hay que tener criterio y personalidad. Sentir este arte como un compañero de viaje que te permite llenar tu vida de recuerdos en los que uno puede meter mano, dando colores y texturas.

Amante de lo imposible, sueña con retratar a Lorca de día y a Bukowski una noche, evidentemente será en otra realidad espacio-tiempo, nunca se sabe.

Es capaz de emocionarse por la alegría o la conexión con la imagen, y de rebotarse en la misma jornada de trabajo, hasta límites insospechados, por no dar con el ángulo perfecto que andaba buscando.

Con sus casi cincuenta años,viéndole nadie los acertaría, se define como un aprendiz, no sólo en el mundo de la fotografía, sino en todo lo que hace y ha hecho.

«Elijo la fotografía porque siempre me ha acompañado, nos hemos sido fieles desde jóvenes, a los poetas porque no me gustaba la poesía, y ellos me recuerdan que la vida no es eso que nos enseñan en los libros, y Madrid porque me mata y me da la vida a partes iguales, tenemos un acuerdo equilibrado.»

Hace unas semanas veía la luz su libro recopilatorio de fotografías llamado «Postales al viento» de  manos de la editorial Publixed, con prólogo de Ouka Leele.

Una selección de imágenes que condensan largas noches de poesía. Planos indescifrables, sombras y versos encubiertos conforman un gran testigo del universo poético que se mueve imparable, lejano a los esquemas habituales.

También protagonizando el listado de sus último proyectos, encontramos «Extimidad«, un viaje en el que Jimeno saca a la luz grandes intimidades y secretos dentro de una escritura simbólica, con la cámara de un teléfono móvil como única herramienta. Narrando historias y momentos puramente humanos descubre ese lado más puro y subterráneo que todos tenemos y que él tanto disfruta investigando.

Tiene tacto, mirada y una sensibilidad que va más allá de lo retratable. Sus fotos nos han descubierto instantes fugaces que hubiéramos pasado por alto, han engendrado historias imposibles qué sólo han existido en ese diálogo privado entre él y su amada cámara fotográfica.