Miller et Bertaux.

Imaginación, silencio, arte y vida, ser libre.

Crear un mundo mágico de belleza y armonía, de fragancias únicas y de objetos especiales es el gran logro de estos dos innovadores parisinos que inventaron el primer Concept Store, tal y como hoy lo conocemos. Desde 1985, llevan toda una vida dedicados a su firma, unidos de hecho hasta el punto, de que lo profesional y lo personal, es todo uno. Su filosofía, hacer lo que les gusta. Han creado su propio mundo trabajando, eso sí, para el mundo real, creen que es una gran responsabilidad admitir que su pequeño mundo es único, prefieren dejarlo abierto. Sus perfumes se han convertido en un objeto de culto para muchos. Ellos los definen como fragancias para el cuerpo y la mente.

Francis Miller y Patrick Bertaux son tan especiales como aparentan. Transmiten paz y tranquilidad en la distancia corta, aman lo que hacen y no conciben que su vida y su trabajo sean de otra forma. Los dos son curiosos y todo les inspira. Viajan mucho, les encanta. Pueden ir a la bienal de arte de Estambul, a la de Venecia, después a Marrakech «Tenemos muchas imágenes almacenadas »

Empezaron hace años, Francis diseñando ropa y accesorios y Patrick trabajando en moda y publicidad. Su complicidad y su afinidad les llevó, estando en Australia, a decidir trabajar juntos. Se puede decir que así nació su firma, Miller et Bertaux.
Tenían la idea de montar una tienda en la que poder vender todo lo que estaban haciendo, cosas distintas, y por casualidad según llegaron a París, vieron un anuncio de una boutique que se alquilaba en el barrio de Le Marais. Y ese mismo día cerraron el trato con el propietario. No tenían casa, no tenían nada, pero tenían su tienda. «Recién llegados de Australia, Le Marais nos pareció un barrio histórico, como si fuera el escenario de una película, especialmente a partir de las cinco de la tarde, todo oscuro, con esas farolas antiguas, el pavimento empedrado y pensamos ¡Oh es cómo un sueño!»

No marketing, no media plan, no financial group. Esa es su filosofía como marca, es su manera de ser libres. Ambos trabajaron para la industria en sus comienzos y afirman que no se vieron capaces de seguir las normas «Y algo más importante, no teníamos claro a que íbamos a dedicarnos, si a la moda, o al arte, así que nuestra tienda fue para nosotros un espacio donde poder mezclar cosas y en ese momento el Concept Store no existía. Así que cuando tuvimos el espacio vendíamos alfombras, diseño, ropa, objetos traídos de Australia, nadie conocía entonces el arte aborigen en París» Disfrutaban decorando, diseñando ropa o alfombras, su espacio era como ellos y se sentían bien. Reconocen que ninguna empresa podía proponerles hacer lo que ellos hacían, así que no es que estén en contra de la industria sino que ellos son así, es su forma de hacer las cosas y como nos dice Francis «Lo mejor es que después de tantos años lo hacemos todo sintiéndonos igual de bien y eso es muy bonito»

Miller et Bertaux sigue siendo tan especial como entonces. Continuan mezclando objetos que no son comerciales, aquello que a ellos les gusta. Joyería de Indonesia, al lado algo de Japón, al lado algo español. Francis comenta que «Es ésta combinación lo que hace especial nuestra tienda. Y también nuestros perfumes, con sus originales envoltorios. Cuando voy al aeropuerto me doy cuenta de los especiales que son. Y también la ropa que diseñamos.» También Patrick apunta que «Visualmente nuestro espacio es muy impactante. Tenemos ciertas normas cuando trabajamos. Francis cambia la disposición de los objetos todos los lunes. Si yo veo la tienda a la una y vuelvo a las cinco, yo mismo me sorprendo de cómo ha cambiado visualmete. Me imagino que la gente que no nos conoce se tiene que sorprender también. No esta todo colocado de una forma clásica, más bien parece una galería de arte.»

Les preguntamos si son conscientes de que para muchos se han convertido en una firma de culto. Patrick Bertaux comenta entre risas que si «Si, lo digo honestamente. Me doy cuenta de que hay gente que se acerca a nosotros como si fuésemos una especie de ángeles o santos, y lo entiendo. La moda y los perfumes son dos industrias en las que no es fácil triunfar, especialmente si lo haces como nosotros, de forma independiente y durante tanto tiempo» Francis Miller apunta que sus clientes son como ellos y que es muy interesante, que todo forma parte de una misma historia desde el principio hasta el final

Sus perfumes son fragancias con mensaje. Son como una meditación, como un viaje, una experiencia olfativa. Evocan lugares como la India, California, imágenes como mercados, iglesias, lugares espirituales. Son una mezcla. Son su esencia, se pueden usar individualmente o mezclados entre sí. Un concepto nuevo que descubrieron por casualidad cuando empezaban a fabricar perfumes. Les pareció una experiencia agradable oler diferentes aromas buscando uno en particular. Y decidieron probar a venderlos así, con la posibilidad de combinarlos. Para Francis el olor de su infancia es la madera recién cortada, quizá por ello decora siempre con pedacitos de este material las cajas de sus perfumes. Para Patrick en cambió, el olor de la tinta y el olor del café, es lo que le recuerda aquella época, pero también la colonia que compraba su madre en la Costa Azul, que olía a limón y que a veces venden en la tienda.

Les preguntamos si se sienten orgullosos de lo que han conseguido y Patrick responde que lo que le hace más feliz y lo que le hace hace sentirse orgulloso es cuando por casualidad ve a alguien en la calle llevando sus diseños, y se ven elegantes, y piensa que han hecho un buen trabajo. Francis en cambio, fue capaz de reconocer su perfume entre seis diferentes fragancias en una gran perfumería parisina dónde le pusieron a prueba. Nos cuenta que era su nuevo perfume In, acababan de ponerlo a la venta y fue capaz de distinguirlo, fue para él muy gratificante.

Miller et Bertaux podrían ser poetas, aunque entre risas nos dicen que todo poeta tiene una parte oscura que hace que su poesía sea mejor. Y ellos no son así, aunque en su mundo de belleza reconocen que no todo es un camino de rosas.
Les queda mucho por hacer. Patrick nos dice «Tanto Francis como yo tenemos lo que nosotros llamamos nuestro trabajo personal y nunca lo hemos dado a conocer. Tendremos que hacerlo algún día. No sé de que manera, si a través de los medios, de la escritura o en forma de arte» Francis añade «Hacemos cosas hace mucho tiempo Y es muy interesante hacerlas en nuestro tiempo libre, cosas como pintar o escribir sin ninguna idea en concreto. Porque durante el día estamos ocupados preparando perfumes, diseñando ropa o haciendo el trabajo rutinario de la tienda»

Lo que si tienen claro, es que lo que hagan en el futuro tendrá mucho que ver con ellos, con su forma de ser, con aquello que más les gusta. Como grandes artistas que son, seguro que lo que hagan con su trabajo personal, será sin duda, Arte.

 

 

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