New York, New York.

New York, New York…
I want to wake up in a city that never sleeps…

Así, en una melodía inolvidable y una voz envolvente y seductora, cantaba Frank Sinatra a la ciudad por excelencia, esa bajo la que late un corazón vivo que sueña y cumple sueños… Es ese corazón el que mueve también a Dona Karan que se rinde al encanto de la mayor metrópoli del mundo en cada colección y en cada fragancia, no en vano incluye su nombre en su denominación de marca, y es que Donna Karan es New York.

En esta ocasión el homenaje a Nueva York empieza por el mismo envase del perfume, que recuerda en su esbelto perfil, en el dibujo que lo decora y en el cristal en el que toma forma al skyline neoyorkino; y, sobre ese skyline, el corazón de Donna Karan y de la ciudad, uno rojo apasionado que late con fuerza también dentro del envase, en el perfume.

Es un aroma fresco y chispeante, una evocación de la primavera y el otoño en Central Park en notas cítricas y pétalos de orquídeas… y en edición limitada.