Más allá del azul.

Desde el magnífico paisaje al borde del crater de Diamon Head sobre Waikiki, a los callejones de añil y blanco de Chefchauen, el rojo atardecer en la mole arenisca de Ayers Rock o el brillo dorado del Kinkakuji en Kioto, el mundo, tu mundo, no es bastante. Necesitas más, siempre más, más sobre la rutina de los días.

La intensidad de la vida en los paisajes, cañones, arrecifes, glaciares, desiertos, en la luz, en los ríos y los mares, en el coral, las playas negras, blancas, en el profundo azul del Egeo… Siempre el deseo de avanzar, de descubrir, de rebasar toda frontera, de ir más allá, más lejos. De ahí tu perfume a bayas rosas, acorde de cítricos y vetiver en una entrada que se sostiene sobre pomelo, notas secas de cedro y láudano para abandonarse en el incienso, el jengibre y la madera de sándalo. Tu Bleu de Chanel.

Y para no detenerte, en tu bolsa de viaje llevas el vaporizador de viaje de 20ml, y en tu maletín de trabajo, y en tu bolsa de deporte, y sus dos recargas en el hueco del coche donde guardas las llaves al emprender cada mañana la aventura de un nuevo día…