El aroma de la Alta Costura.
Para celebrar la Navidad con La Petite Robe Noire, Guerlain diseña un frasco excepcional.
Nació sobre una rosa cultivada con esmero y pasión en el laboratorio de aromas de la Maison Guerlain. Confeccionada como si de un modelo de Alta Costura se tratase, su exquisita esencia deja una enigmática estela de frescura y romanticismo imposible de olvidar. Es la Petite Robe Noire. Coqueta, traviesa, descarada, la reina de los tejados de un París que recorre libremente conquistando corazones con esa elegancia atemporal tan característica como inconfundible.
Y así es y de ahí su nombre, pues el vestidito negro es a la moda lo que Guerlain al perfume: único, eterno, imprescindible, perfecto. Un clásico.
Y para celebrar las próximas fiestas navideñas –sí, sí queda más de un mes pero ya verás lo deprisa que llegan– LPRN se reinventa en forma de elixir y nos presenta la versión más sensual y aterciopelada de una fragancia ya convertida en icono del glamour parisino. Conservando las notas oscuras del té ahumado, la cereza negra y el regaliz, afirma su poder de seducción con intensos acordes de rosa de Bulgaria, lirio, vainilla, haba tonca y bergamota…, los fetiches de Guerlain. En definitiva, más Guerlinade para una propuesta misteriosa, profunda, fascinante.
Una fragancia tan excepcional requiere un frasco igualmente exquisito. La transparencia cristalina del cristal de Baccarat desvela entre sutiles sombras chinescas la silueta del célebre vestidito negro diseñado por Serge Manseau en una botella única de estilo Art Nouveau elaborada artesanalmente por maestros vidrieros e inspirada en unos frascos históricos hallados en fábrica de Orphin y fechados en marzo de 1912 que jamás antes habían sido reproducidos. El tapón, en forma de corazón invertido sirve como aplicador del delicioso extracto gracias a su cuello esmerilado.
Nota: aplicar con picardía donde se deseen los besos… Pero, no se lo cuentes a nadie.