En el recuerdo, Philosykos.
Volverás a mi huerto y a mi higuera...
(…) Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de mis flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado. (…)
* Elegía a Ramón Sijé. Miguel Hernández.
LA INSPIRACIÓN
Escenario: Sinfonía en blanco y verde.
Es mediodía. Nos refugiamos a la sombra de una higuera para salvarnos del calor. Estamos en Grecia y es verano. Philosykos significa «amigo de la higuera» en la lengua helena, en referencia a Platón, que adoraba la fruta y creía en su poder para realzar la inteligencia.
El frescor nos llega gracias a una fragancia para cuya composición se han usado todas las partes de la higuera, desde las raíces al verdor jugoso de sus hojas. El cedro aporta los matices de la cosas bien hechas.
Cae la noche, la luz de la velas convoca a los recuerdos.
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