El inimitable aroma de Pressentia.

Todos tenemos algún matiz irrepetible, características que nos diferencian y nos hacen únicos. Una de ellas es el olor, poderosa fuente de atracción; no en vano, decía el propio Guerlain que el perfume es la forma más intensa de la memoria. ¿Y qué pasaría si alguien fuera capaz de encerrar esa fragancia tan nuestra en un frasco de cristal? Pressentia tiene la respuesta.

Como si del célebre personaje de la novela de Patrick Süskind se tratara, la firma española Pressentia lleva años desarrollando secretas fórmulas para conseguir perfumes, sin duda, inimitables. Inimitables porque huelen a ti y a nada más que a ti.

Para hacerse con la nota personal que los hace únicos, los ideólogos de este exclusivo capricho han trabajado sobre variables psicográficas que analizan el estilo de vida de cada cliente. La aromacología, que estudia la relación entre olores y sentimientos, les ha permitido combinar estas variables con acordes sensoriales diferentes para cada fragancia.

La marca estudia minuciosamente el perfil de quien solicita este producto de alta gama mediante una entrevista, toma nota de sus gustos, sus preferencias y, en el plazo de tres semanas, se compromete a tener listo un frasco del todo irrepetible, una nueva experiencia rescatada de antaño, recogiendo la tradición cultural de los mejores perfumistas que hasta ahora sólo estaba al alcance de unos pocos privilegiados.

Al frasco le acompaña un pequeño código, a modo de ADN personal, en el que queda grabado cada componente con el que se ha ido construyendo tu propio aroma, el mismo que evolucionará contigo y te llenará de sensaciones y recuerdos.

Esta es su promesa, que el perfume se abra y cuente, que se convierta en nuestra seña más íntima y personal, que transmita personalidad e influya, por consiguiente, en la forma inconsciente en que los demás nos perciben. Un perfume que habla solo de ti.