La noche más loff.it.
Era la noche más loff.it porque de loff.it eran las ideas que servían aquella velada...
Era sábado. Invierno. Hacía frío pero se levantó sin pereza alguna porque el plan del día no podía gustarle más. Le encantaba enredarse siempre entre lo bello y lo útil y eso era precisamente lo que le habían pedido que hiciera. Sonrió al recordar la llamada casi angustiada, impropia de una mujer madura pero comprensible siempre desde la óptica del amor apasionado…
Salir a cenar era cosa fácil, sólo ha de ocuparse una de sí misma y sus detalles pero la cuestión era que la cena era en casa y eso complicaba sobremanera la ecuación porque no bastaba con lucir bella y deslumbrante, así debía también lucir la mesa y la casa, el ambiente, la cena… todo. De ahí aquella llamada, de sentir imposible el desafío y de saber que en loff.it estaban las respuestas.
Acerca de la cena había pocas dudas, el creomoso de guisantes estaba ya listo en la nevera desde el día anterior y sólo esperaba su coronación con un crujiente; los picantones en cambio estaban pendientes tanto de su relleno como de su tiempo de horno pero había tiempo; la mesa no ofrecía tampoco duda alguna, ya se había encargado Valentino de contar como había de presentarse. Y el vino, en su pequeña vinoteca y a la temperatura justa para mirarle a él a los ojos y decirle corre, ve y dile.
La selección musical fue de lo más completo y su broche de oro un directo, el de ELE, no faltaron tampoco las velas porque la vida a media luz toma otro cariz. Estaba a punto de marcharse y dejando el hogar dispuesto para la noche más loff.it cuando hermana se plantó en el quicio de la puerta lista, supuestamente, para vivirla; ella no daba crédito a lo que veían sus ojos… un menú delicioso, un ambiente encantador y la anfitriona en vaqueros.
Respiró hondo y se coló en el dormitorio y el armario, cambió los vaqueros por un vestido de COS, lo suficientemente elegante para una cena y también lo suficientemente discreto para el hogar; añadió un par de joyas y un rojo de labios además de unas gotas de perfume y un tacón.
No dejaba de sorprenderle tanto como su hermana se dejaba hacer, intuyó entonces la pasión que callaba y dejó bajo su almohada un loungewear por lo que pudiera ocurrir…
Se marchó a casa sabiendo que tras la puerta que cerraba a su espalda se fraguaba la noche más loff.it porque en loff.it estaban las ideas y las tendencias y de allí habían saltado a la realidad de un hogar en el que latía el sentir de aquella noche… la más loff.it.