El tren de los sueños.

El tren de los sueños sólo se acerca a la estación... si sueñas.

Era la hora tonta del domingo, demasiado temprano para comer pero demasiado tarde para organizar ya plan alguno por eso, al ver el cartel que anunciaba un pase teatral a la 1, no lo pensó y se acomodó en la sala.

Se trataba de un pequeño teatrillo pensado para los niños y al tiempo cargado de significado mucho más allá de lo que los pequeños alcanzaban a entender; era la historia de un jefe de estación que había dejado de soñar y, con sus sueños, habían desaparecido también los trenes de sus andén…

Le pareció interesante y divertida y, según caminaba de vuelta a casa, iba encontrando en ella matices nuevos y el significado aquel que seguro había escapado a las mentes pequeñas. El tren de los sueños era, en realidad, un tren de mentira, uno inventado que sólo existían en la mente de quienes soñaban; era un tren que llegaba a todos los rincones del mundo, que no entendía de vías ni de caminos previamente trazados, sólo entendía de sueños, anhelos y destinos, nunca llegaba tarde ni tampoco equivocaba el rumbo porque era, en definitiva, un tren mágico cuyo combustible eran los sueños, reducto de nuestra imaginación en la que todo, absolutamente todo, es posible.

Llegó a casa pensando todavía en trenes y sueños, preguntándose qué harían con su vida los que no sueñan, a qué dedicarían su tiempo sin tener un sueño al que intentar echar mano y, sobre todo, dónde se refugiarían cuando hubiese tormenta…

Claro que en su incomprensión acerca del mundo de los que no sueñan, no se engañaba ni pensaba que el de los soñadores era el mundo perfecto, lo sabía también imperfecto y lo sabía además porque era su propio mundo.

Había, por encima de todas las cosas, una advertencia que nadie hacía a quienes comenzaban a soñar, un aviso a navegantes que nunca llegaba salvo cuando era, quizá, demasiado tarde… Una vez que empiezas a soñar, llegará el tren de los sueños a tu vida y entonces no había opción ni decisión, subirse es cosa obligada y seguir soñando y buscando el camino de la realidad para los sueños, inevitable…



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