Complejidad.

La complejidad es el arte de complicar lo sencillo. Nada es complejo en su esencia, la complejidad es sólo una tendencia.

Se encendió cual farolillo al oir de nuevo y por enésima vez la manida frase… ‘la vida es complicada‘ y es que no, no podía estar más en desacuerdo aun estando totalmente deacuerdo con la dichosa afirmación.

Para ella la complejidad de la vida no era más que un absurdo en el que los seres humanos se embarcaban porque, por extraño que pudiera parecer, era lo fácil, seguir la corriente del mundo y virar en la dirección del viento. El problema residía en la brecha que, no conforme con abrirse crecía, entre la dirección de la corriente del mundo y su viento frente al aire íntimo y personal de los anhelos y deseos más propios.

Se sintió ella misma, en aquel preciso instante, víctima de tal contradicción: la corriente del mundo la llamaba a quedarse instalada en su vida y a sus cosas y su corazón latía por aceptar una invitación a volar lejos por unos días. Y cada opción tenía sus razones, algunas de corte pragmático y otras de tendencia emocional pero todas, al fin y al cabo, dignas de ser tenidas en cuenta.

Y ahí estaba ella consigo misma defendiendo la teoría de la no complejidad de la vida y sintiéndose inmersa en una encrucijada de razones y sin ranzones. Y es que la vida no era compleja… hasta que se complicaba.

Desenreda la madeja– se dijo –lleva lo complejo a lo simple, que es su esencia, piensa que andae s en realidad complejo sino que se complica y sí, siempre, puede volver a su ser que es sencillo…– Y se sonrió con un deje de impotencia ante la certeza de que si complicar las cosas era un arte, simplificarlas era un trabajo de fondo de armario, árduo y de poco brillo.

Y de repente, de modo y forma inesperado, alguien encendió una luz

Pero… ¿quieres venir?– preguntó él, porque en el fondo, y como ella sabía desde el principio, el asunto era sencillo. A él no parecían importarle las listas de razones y sinrazones, las consideraba accesorios inservibles e impedimentos para el buen fluir de la vida, él no era un estratega, era un tipo apasionado de los que acaban en el estrellato o estrellados, no había términos medios, bebía la vida a tragos largos hoy sabiendo que mañana sería otro día, o no.

Simplifica– se dijo –suelta lastre, adiós prejuicios, despedidos los ‘debo’, bienvenidos los ‘quiero’...-.

Claro que no es tan sencillo– le decía una voz en off que provenía de los usos y costumbres, de los prejuicios propios y de los ajenos.

-Sí, lo es-. Y comenzó a preparar la maleta repitiéndose como si de un mantra se tratara ‘nada es en su esencia complejo, la complejidad es sólo una tendencia‘.



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La versión más personal de todos nosotros, los que hacemos Loff.it. Hallazgos que nos gustan, nos inquietan, nos llenan, nos tocan y que queremos comentar contigo. Te los contamos de una forma distinta, próxima, como si estuviéramos sentados a una mesa tomando un café contigo.

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