Sonambulismo, cuando el cerebro no está despierto.
Todavía nos sorprende como se puede, pese a tener nuestro cerebro en una fase en la que estamos dormidos, realizar acciones como si estuviéramos despiertos.
La persona sonámbula sufre alteraciones durante el sueño, su cerebro no está “despierto” pero el sonámbulo es capaz de realizar conductas de diferente complejidad mientras está dormido, tales como andar, hablar…todo ello sin ser consciente de lo que está haciendo ni de lo que sucede a su alrededor.
El sonambulismo es un trastorno del sueño que pertenece al grupo de las parasomnias. Actualmente se sabe que ocurren durante la fase de sueño No REM. Aunque el sonambulismo puede ocurrir a cualquier edad, sucede con mayor frecuencia en los niños de 5 a 12 años de edad.
Esta parasomnia puede tener diferentes orígenes, entre ellos el genético ya que hay una mayor incidencia en familiares de primer grado. No obstante no hay un consenso de por qué se produce exactamente ni porque con el tiempo desaparece, algunos autores creen que se da como parte del proceso de maduración de nuestro sistema nervioso central, aunque también puede ser un estado inducido por una situación de estrés fisiológico o psicológico, ya que al reducir el estrés el sonambulismo desaparece. En el caso de los niños parece estar asociado a la fatiga, falta de sueño y ansiedad. En los adultos, las causas también pueden ser debidas al alcohol, medicación, diversos tipos de afecciones médicas, o trastornos mentales.
Aunque las personas sonámbulas no suelen realizar actividades peligrosas si hay que tener un especial cuidado en que no se lesionen, por ejemplo, cayendo por unas escaleras o golpeándose.
La mayoría de las personas no necesita ningún tratamiento específico, aunque en algunos casos los tranquilizantes pueden disminuir los episodios de sonambulismo, además existen técnicas psicológicas que ayuden a paliar el estrés y la ansiedad, y con ello reducen la posibilidad de que se produzcan episodios de insomnio. En el caso de los niños, el sonambulismo disminuye a medida crecen.
Con el tiempo se han desmitificado muchas de las creencias populares sobre el sonambulismo, pero aun nos sorprende como se puede, pese a tener nuestro cerebro en una fase en la que se supone que estamos dormidos, realizar acciones como si estuviéramos despiertos.