El cerebro enamorado.

Para celebrar muchos San Valentines con la pareja es importante fomentar actitudes de admiración, cooperación...

El mes de febrero tiene una celebración, que aún siendo púramente comercial, nos permite celebrar el estar enamorados…y es una buena excusa para recibir un regalo.

Pero ¿Qué conlleva en nuestro cerebro el “estar enamorado”? Cuando estamos enamorados nos sentimos bien, felices, excitados y con necesidad de tener al ser amado cerca…básicamente podríamos hacer una comparación con “estar drogado”, nos sentimos bien y creamos una dependencia.

Diversos estudios han descubierto que ante la visión del ser amado se activan determinadas zonas del cerebro, como el córtex anterior cingulado, esta zona también responde al estímulo de las drogas sintéticas produciendo sensaciones de euforia. Se llegan a activar hasta 12 áreas del cerebro que trabajan de forma conjunta para liberar las sustancias químicasque inducen euforia, como la dopamina, la oxitocina, la vasopresina o la adrenalina.

De forma que los centros neuronales que se activan ante la presencia de la persona amada son los mismos que se activan por el consumo de diversas sustancias adictivas (como por ejemplo el alcohol o el tabaco, entre otras), de ahí que se produzca una sensación placentera durante el enamoramiento como resultado de la secreción de dopamina, que es el neurotransmisor responsable de los mecanismos de refuerzo del cerebro, dicho en otras palabras, de la capacidad de desear algo y de querer repetir un comportamiento que proporciona placer. Este neurotransmisor activa diferentes partes del cerebro para provocar distintas reacciones fisiológicas, por ejemplo el aumento de la frecuencia cardíaca o el de la presión arterial. El enamoramiento tiene lugar cuando la dopamina actúa sobre la corteza prefrontal, un área asociada a la cognición. Nuestro cerebro por tanto segrega dopamina, y también norepinefrina y oxiticina (que entre otras acciones es una especie de “mensajero químico” del deseo sexual).

Pero además, hay áreas que se inactivan, las encargadas de realizar juicios sociales, de ahí que ante nuestro amor, nos volvamos «ciegos» y no seamos capaces de ver sus defectos, o enjuiciar correctamente sus actuaciones.

Pero desgraciadamente con el tiempo, los receptores de la dopamina comienzan a perder su sensibilidad, ya no sentimos la misma euforia, ni las “mariposas en el estómago”, es entonces cuando entra en el juego la oxitocina, la secreción de este neurotransmisor está relacionada con la sensación de apego. Por ello si la pareja consigue construir y mantener una relación más allá del enamoramiento o del placer sexual conseguirá que su relación no esté condenada al fracaso, de no ser así lo más probable es que la relación termine.

Por lo tanto para celebrar muchos San Valentines con la pareja es importante fomentar actitudes de admiración, cooperación, interés por las inquietudes de la pareja, muestras de cariño y aprecio de la pareja ante el resto…esto no garantiza una relación perfecta pero sí el fortalecer la conexión emocional y la segregación de más oxitocina.



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