Vídeos

cerrar

La sonrisa etrusca.

"Una historia universal que en manos de José Luis Sampedro se transforma en un libro inolvidable".

La ternura escondida, el cariño perdido o la sensibilidad enterrada con el paso de los años pueden volver en el momento más inesperado para recordarte que ni estaba escondida, ni se había perdido, ni su entierro fue tan profundo como para no volver a ver la luz. Esta es la certeza que nos pone delante José Luis Sampedro cuando nos regala La sonrisa etrusca.

Si no lo creéis, no tenéis más que observar con detenimiento a Salvatore Roncone, un campesino calabrés, que vive su última edad y al que nada le resultaría más penoso que separarse de su tierra y morir lejos.  Cuando su hijo Renato lo traslada a la gran ciudad de Milán, lo único que le viene a la cabeza al viejo Salvatore es su deseo de que todo acabe de una vez. Pero con lo que no cuenta es con el extraño e indestructible vínculo emocional que nacerá en su interior cuando conozca de verdad a Bruno, su nieto de trece meses.

Es bien sabido y pregonado por aquellos que llegan a experimentarlo la inexplicable sensación de unión y cariño eternos que una persona llega a tener por sus nietos. Es también una sensación común aquella que explican la mayoría de los que viven su tercera edad, según la cual no sufren ante la certeza del poco tiempo que les queda de vida. Lo asumen y lo viven de otra forma. Esto es exactamente lo que le ocurre a Salvatore Roncone.

Un cáncer se lo come por dentro; se mueve y suena dentro de si, hasta tal punto que Salvatore, incluso, llega a entablar una extraña amistad y a hablar con la bicha – Rusca, como él la llama – que va deshaciendo su interior sin pausa. Pero no le importa. Todo mal es cubierto por alegrías tan grandes como la que le produce el hecho de que su nieto de sus primeros pasos siendo él quien lo recoge entre sus brazos cuando pierde el equilibrio. Nunca pensó que un rudo campesino calabrés fuera capaz de llorar por algo que sólo comprendería una abuela…

La vida le ha dado a Salvatore su última alegría – quizás la más grande – su última oportunidad para valorar el amor, la familia, la vida… Dicen que los extremos se tocan, pero si lo llevamos al ámbito de lo humano, esto es una verdad como un templo. Un hombre hecho y derecho, tan mayor que ya vive sus últimos meses, semanas, días,… ve cómo un ser minúsculo de tan sólo trece meses le abre los ojos y le da todo lo que nadie le ha dado nunca, le lleva a volver a encontrar el amor, el último de su vida, mientras la Rusca continua su insaciable festín.

Dicen que el ciclo de la vida es un círculo y que según nos hacemos más viejos,  vamos dejando salir de nuevo el niño que fuimos. Es por eso, quizás, la ternura escondida, el cariño perdido o la sensibilidad enterrada con el paso de los años pueden volver en el momento más inesperado para recordarte que ni estaba escondida, ni se había perdido, ni su entierro fue tan profundo como para no volver a ver la luz. Es por eso, quizás, que un niño que aún ni ha empezado a vivir sea capaz de abrir los ojos de su abuelo de tal forma que éste tenga la plácida sensación de haber dado la vuelta completa de su ciclo de vida y en lugar de reconfortarse con ello, quiera aferrarse y luche cuando casi lo veía todo perdido en su batalla contra la Rusca.

+

Título: La sonrisa etrusca.
Autor: José Luís Sampedro
Colección: Hispánica
Páginas: 320
Publicación: 24/06/2009
Edición: Primera edición mayo de 1985
Género: Novela
Precio: 19,50 €
ISBN: 9788420423364

Más información Alfaguara España



Oops

La versión más personal de todos nosotros, los que hacemos Loff.it. Hallazgos que nos gustan, nos inquietan, nos llenan, nos tocan y que queremos comentar contigo. Te los contamos de una forma distinta, próxima, como si estuviéramos sentados a una mesa tomando un café contigo.

Caín.

Esta es la historia de Caín, un tuerto que quería ser rey de los otros y que, mientras señalaba la oscuridad del mundo, caía en el abismo de la pereza. + ver

Un lujo.

Que no suene el despertador, que entre una brisa fresca por la ventana y mueva ligeramente la cortina, que el olor a café recién hecho inunde la casa, que suene la música, que brille el sol, amanecer... + ver

Esclavas.

Las mujeres, como seres de fantasía de la historia interminable, iban desapareciendo al paso de la nada, eran borradas del mapa y de la historia, era como si nunca hubiesen existido, estaban muertas... pero seguían en pie. Y eran esclavas. + ver

Newsletter

No te pierdas nada, que saber no ocupa lugar.

Salir de la versión móvil