La conjura de los necios.
"Cuando una verdadero genio aparece en el mundo, lo reconoceréis por este signo: todos los necios se conjuran contra él."
No sabría deciros con certeza si estamos ante una comedia, una tragedia, un ensayo o un auténtico drama. El caso es que la novela tiene argumento y bastante complicado de explicar, por otra parte. Particularmente pienso que Ignatius J. Reilly –el protagonista– no es un personaje inventado, sino el espejo del interior del propio autor dibujado de tal forma que pudiera ser expuesto al exterior. Y esto es una opinión personal, porque sinceramente no creo que haya existido ni exista jamás alguien humanamente capaz de crear un personaje así, acudiendo a la propia imaginación. Y si me estoy equivocando, entonces nos encontramos ante el mayor genio literario que ha habido nunca.
Hablar de la novela es posible describiendo al personaje principal –Ignatius–, pues él es la propia novela vomitada desde su interior y convertida en pasto literario de cualquiera que se precie de ser un lector mínimamente entusiasta de una buena literatura.
Ignatius cae mal desde el principio hasta el final, pero engancha por todos los lados a pesar de la desagradable existencia que proyecta hacia los demás. Él mismo es consciente del rechazo que genera, hasta el punto que podríamos afirmar que es absolutamente consciente de la complicada imagen que representa.
«Sospecho que soy el resultado de una concepción particularmente débil por parte de mi padre. Probablemente emitió su esperma de una forma muy descuidada» Ignatius Reilly.
-Huele fatal aquí
-¿Qué esperabas? El cuerpo humano, si es confinado, produce ciertos olores que tendemos a olvidar en esta era, con desodorantes y otras perversiones. De hecho, creo que la atmósfera de esta habitación es bastante confortable
Lo que ocurre es que debemos hacer un ejercicio retrospectivo y trasladarnos a la Nueva Orleans de los años 60 del siglo pasado para comprender la actitud de Ignatius J. Reily. Así podremos entender su lucha, por qué se empeña en vivir así, comportarse así. Una crítica virulenta y certera que no da respiro y en la que arremete contra todo lo que ataca a la sociedad en la que le tocó vivir. Trasladando esto al plano social descubrimos que se trata de una digna lucha contra la sociedad de su tiempo, una especie de moderna y quijotesca cruzada contra la corrupción, el miedo, la pobreza y la difícil lucha por la supervivencia social que llevaron a John Kenedy Toole, el autor de La conjura de los necios a escribir esta novela, para suicidarse sin haberla publicado. La historia nos cuenta que el suicidio de Toole fue provocado por el fracaso inicial de la novela en multitud de editoriales – seguramente porque hundía demasiado el dedo en la llaga -, pero cuando la lees dudas de si eso fue así, o las causas fueron más bien otras.
Un hilo argumental con situaciones cotidianas, que van enlazando a una cuadrilla de personajes esperpénticos, auténtico frikis capitaneados por nuestro protagonista y que unas veces – muchas – provocan auténticas carcajadas y otras repugnancia, tristeza o impotencia. Todo ello va girando y creciendo a medida que gira, para estallar al final de la novela.
La conjura de los necios representa una obra imprescindible para cualquier lector mínimamente aficionado, escrita por un auténtico genio que tuvo la trágica iniciativa de inhalar los gases del tubo de escape de un coche en marcha, privándonos de su magia para siempre y dejando en manos de su madre la labor de llevar su magnífica creación hasta el primer cajón del podio de los premios Pullitzer.
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Título: La conjura de los necios.
Autor: John K. Toole.
ISBN: 978-84-339-3014-9
Nº de páginas 368
Colección: Panorama de narrativas.
Traducción: J.M Álvarez Flórez y Angela Pérez.