El último Catón.

Asensi, con su habitual maestría nos ofrece una novela imprevisible, cautivadora y susceptible de múltiples lecturas.

De verdad que con lo tranquilo que vive uno siendo normal, con un trabajo normal…, una vida, en general – digamos – normal, a uno le da mucha pereza ni siquiera pensar que alguien pudiera haber sido un Staurofílake. Solo pronunciar el nombre ya da cierta sensación de cansancio. S-tau-ro-fí –la-ke. Fijaos: un staurofílake tiene la misión de custodiar los fragmentos de la cruz en la que murió Jesucristo – la Vera Cruz -, pero para llegar a ello ha de haber superado previamente siete pruebas, cuyos trofeos se materializan en unas laceraciones en forma de cruz, repartidas por todo el cuerpo.

A partir de aquí, podemos ir añadiendo algunos ingredientes. Resulta que en los años en los que vivimos aparece el cadáver de un etíope con las laceraciones que os he comentado y con unos trozos de madera en su poder. Las sospechas de que esta escena pudiera presentar algún resquicio de gran descubrimiento, se lo contamos a una monja que trabaja en los Archivos Secretos del Vaticano y que resulta ser una paleógrafa de fama internacional. Pero vamos más allá y pongamos que – claro – la monja no sabe aún que va a vivir la historia de su vida, junto a un fornido capitán de la Guardia Suiza y un arqueólogo.

Por último nos metemos en harina relacionando todo esto con La Divina Comedia de Dante, aunque de sobra tenemos sólo con el purgatorio, la cual nos servirá para encontrar las pistas que necesitamos para alcanzar el éxito final, poniendo como guinda una serie de siete aventuras, siete, relacionadas con los pecados capitales y que transcurren respectivamente en las ciudades de Roma, Rávena, Jerusalén, Atenas, Estambul, Alejandría y Antioquía… ¡No digáis que no apetece!. Leerlo, digo, porque vivirlo supongo que no tanto, aunque hay muchos momentos en los que Matilde Asensi – claro, estamos hablando de su best – seller El último catón – está escribiendo con tanto conocimiento y tanta pasión, que llegas a creer que eres uno de ellos, la inteligente monja, el militar o el salado del arqueólogo.

Este libro me parece que contiene un esfuerzo sobrehumano, una documentación que ha tenido que costar mucho tiempo a su autora sintetizar para ofrecernos este fantástico relato en el que todo está hilvanado con maestría, todos los detalles están atados y nos lleva con un vertiginoso trayecto por los entresijos de la secta de los staurofílakes, tratando de llegar a su último jefe, el último representante legal de este grupo, el último catón.

La novela es de hace unos diez años, momento en el que se pusieron de moda las historias de templarios y demás sectas relacionadas con el Santo Grial y los descendientes de Cristo. Por eso es ahora muy buen momento para leerla sin contaminarse de esta especie de temporal género literario que surgió por entonces, liderado – aún sigo sin comprender por qué – por el Código Da Vinci… Nada que ver. ¿El último Catón? Nada que ver con aquellos Dan Brown, Julia Navarro y demás.

Matilde Asensi

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624 páginas
Idioma: Español
ISBN: 978-84-08-08345-0
Formato: 15 x 23 cm.
Presentación: Tapa dura con sobrecubierta
Colección: Matilde Asensi

Planeta 

 



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