Tiziano, el poeta del rey.

El Museo del Prado presenta la restauración de dos de las "poesías" que Tiziano pintó para Felipe II: Dánae y Venus y Adonis.

Fue Ovidio la inspiración y Felipe II el mecenas español de la obra más lírica de Tiziano Vecelli, uno de los mayores exponentes de la Escuela veneciana cuya pintura colorista, delicada y grandiosa creó tendencia tanto entre sus contemporáneos como en las generaciones artísticas posteriores.

Versátil, ecléctico, perfeccionista, el gran maestro del Renacimiento italiano no halló obstáculo alguno a la hora de encarar cualquier tipo de temática (religiosa, bíblica, mitológica, retrato) ni técnica pictórica, aunque la bellísima luz dorada que envuelve la mayoría de su obra, el movimiento de sus figuras así como la sensualidad y riqueza de los personajes representados se alzan como las características más llamativas e inconfundibles de su trabajo.

Y fueron Dánae (1553) y Venus y Adonis (1554) las primeras de las seis poesías —así las denominaba su autor en su afán por equiparar pintura y literatura— que recibió Felipe II de la mano de Tiziano y que hoy se exhiben, juntas por primera vez, en la Sala 40 del Museo del Prado hasta el próximo 1 de marzo.

Solo estos dos cuadros —más la Dánae del Prado, pintada también por Tiziano en 1565 y restaurada en 1992— bastan para hacer brillar la exposición con toda la luz original de ambas pinturas gracias al minucioso proceso de restauración realizado por la técnico del museo Elisa Mora que, tras eliminar todo aquello que interfería en la lectura correcta de las obras, permite entenderlas en toda su fuerza e integridad.

Pero no solo la primicia de la muestra conjunta se sitúa como el gran acontecimiento museístico del invierno. Sino que esa elaborada limpieza barnices oxidados, cortes y repintes ha desvelado secretos cruciales que sin duda van a cambiar el discurso de los libros de la Historia del Arte renecentista.

El primero de ellos gira en torno a Dánae, a la versión recién restaurada en los talleres del museo madrileño, procedente de la Colección Wellington de Londres. Y es que esta es la verdadera Dánae,  la que Felipe II encargó a Tiziano en 1553, arrebatándole a la Dánae (también de Tiziano pero pintada una década después y comprada por Velázquez durante su primer viaje a Italia) expuesta en el Prado desde 1827, el honor de ser la primera poesía tizianesca procedente de Venecia. El segundo se refiere al cuadro Venus y Adonis, la única de las seis poesías(*) que hoy reside en territorio español, que ha recuperado su tamaño después de ocultar tras el marco los once centímetros añadidos en el margen izquierdo desplazando el eje de la composición.

(*) Además de las dos que coinciden hoy el museo español, el resto de las Poesías de Tiziano se encuentran dispersas por el mundo: Perseo y Andrómeda en la Wallace Collection de Londres, Diana y Calixto y Diana y Acteón en la National Gallery of Scotland de Edimburgo, mientras que en la Isabella Stewart Gardner Museum de Boston cuelga el Rapto de Europa.

+

Dánae, Venus y Adonis. Las primeras poesías de Tiziano para Felipe II
Museo del Prado
. Madrid
Comisario: Miguel Falomir

Acceso: puerta de los Jerónimos. La exposición se encuentra ubicada en la sala 40 del Edificio Villanueva.

Fechas: 19 de noviembre – 1 de marzo 2015
Horario: de lunes a sábado de 10 a 20 h, domingos y festivos de 10 a 19 h.

Más información Museo del Prado



Oops

La versión más personal de todos nosotros, los que hacemos Loff.it. Hallazgos que nos gustan, nos inquietan, nos llenan, nos tocan y que queremos comentar contigo. Te los contamos de una forma distinta, próxima, como si estuviéramos sentados a una mesa tomando un café contigo.

Caín.

Esta es la historia de Caín, un tuerto que quería ser rey de los otros y que, mientras señalaba la oscuridad del mundo, caía en el abismo de la pereza. + ver

Un lujo.

Que no suene el despertador, que entre una brisa fresca por la ventana y mueva ligeramente la cortina, que el olor a café recién hecho inunde la casa, que suene la música, que brille el sol, amanecer... + ver

Esclavas.

Las mujeres, como seres de fantasía de la historia interminable, iban desapareciendo al paso de la nada, eran borradas del mapa y de la historia, era como si nunca hubiesen existido, estaban muertas... pero seguían en pie. Y eran esclavas. + ver

Newsletter

No te pierdas nada, que saber no ocupa lugar.

Salir de la versión móvil