Liu Bolin, el fotógrafo invisible.
El Palacio de Gaviria inaugura su nueva exposición, The Invisible Man dedicada al fotógrafo chino Liu Bolin cuyo trabajo gira en torno al arte del camuflaje.
Liu Bolin es un genio del camuflaje: se esconde, se mimetiza, se vuelve transparente, se diluye con la escena que quiere inmortalizar. La idea, dice, es dejar testimonio de cuestiones sociales actuales, comunes, peliagudas. Se trata de una protesta silenciosa, que obliga a pensar sobre la identidad, el consumo indiscriminado, la censura, la inmigración.
Bolin inicia su trayectoria artística en 2005, en un distrito del norte de Pekín y una candente polémica: la demolición de Suojia Village, el barrio de los artistas. Ante esta decisión gubernamental arbitraria, el fotógrafo blande su cámara para expresar a través del arte su protesta y su dolor. Para ello se hizo pintar de pie entre las ruinas, impávido, como si formara parte de ellas. Fue el primer paso hacia la creación de un lenguaje profundamente personal, que abarca la performance, la pintura, la instalación y la fotografía.
Esta primera intervención apunta claramente las intenciones conceptuales y estéticas del artista mediante la fusión de su identidad con la escena que denuncia. A partir de ahí, Liu Bolin emprende su viaje personal de protesta por los clásicos de Pekín y el resto de China, desde la plaza de Tiananmén hasta la Ciudad Prohibida, pasando por zonas de reciente urbanización. De hecho, el artista jamás ignora las contradicciones entre el pasado y el futuro, entre las identidades culturales y los problemas sociales.
El trayecto interior pronto le empuja a ahondar en otras culturas. La curiosidad le lleva primero a Italia, donde experimenta con la arquitectura, la pintura, la escultura. Se sumerge en los lugares del pasado que marcaron el desarrollo de la sociedad occidental, tratando de hallar un sentido de continuidad, una matriz común capaz de superar las diferencias entre pueblos y costumbres dispares. Londres, París, Nueva York, Nueva Delhi, Banagalore fueron los siguientes destinos. Sus obras son el relato de una experiencia del mundo, un recorrido orientado a conocer los sitios y lo que los distingue, los hechos que los han definido.
El Palacio de Gaviria abre al público su nueva exposición dedicada al fotógrafo chino Liu Bolin. Bajo el título The Invisible Man, la retrospectiva presenta la obra de este artista que, a través del velo del fingimiento, plasma sus propias reflexiones sobre la sociedad contemporánea.
La exposición se despliega desde los orígenes hasta el Grand Tour de Liu Bolin a partir de 2008. Englobado bajo el título Hiding in Italy, abarca los lugares más simbólicos de Italia: Milán,Verona, Venecia, Roma y el Palacio Real de Caserta. Pero no se queda ahí, el periplo prosigue por el resto del mundo y se muestra en la sección Hiding in the rest of the world, en la que el artista se retrata en Londres, París, Nueva York, Nueva Delhi y Bangalore.
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