Joanna Hiffernan: la sinfonía en blanco de James McNeill Whistler.

De él sabemos que era pintor, que se llamaba James McNeill Whistler, que nació en  Estados Unidos en 1834 y un sinfín de datos que luego contaré. De ella, apenas nada. Joanna Hiffernan era irlandesa. La bautizaron en Limerick en 1839 y poco después, huyendo de la Gran Hambruna que sacudió a Irlanda entre 1845 y 1849, se mudó a Londres junto a su familia. Ella recibió una educación victoriana y modesta; él disfrutó de una formación cosmopolita gracias a la posición acomodada de sus padres.

Hijo de un ingeniero ferroviario, James McNeill Whistler pasó su infancia en San Petersburgo, donde recibió sus primeras clases de dibujo en la Academia Imperial de las Artes. A partir de 1848 continuó su formación en Londres. Tras un periodo en Estado Unidos, viajó a París para estudiar en la École Impériale et Spéciale de Dessin y en el taller de Charles Gleyre, descubrió a Velázquez y trabó amistad con Courbet y Manet. Conoció a Joanna Hiffernan en 1860, en un estudio de arte en Rathbone Place (Londres).

Hiffernan también pintaba. Claro que sus obras jamás fueron conocidas ni, mucho menos, expuestas. Era hermosa e inteligente, pero en los circuitos artísticos de la época la bella pelirroja destacaba únicamente por su faceta como modelo. Lo fue de Whistler y también de Gustav Coubert. Aunque todo parece indicar que la relación entre el pintor y su musa trascendió la amistad y el ámbito profesional, la familia del norteamericano no aprobaba en absoluto el supuesto noviazgo. Eso de que fuera modelo y, además, humilde no encajaba con los estrictos postulados victorianos.

Claro que esto sucedió después de que Whistler pintase la primera sinfonía en blanco en un estudio en el Bv. des Batignolles (París). Symphony in White, No. I: The White Girl fue el primer retrato de la serie que hoy analiza la Royal Academy of Art de Londres en la muestra Whistler’s Woman in White: Joanna Hiffernan.

La exposición, comisariada por Ann Dumas y Margaret MacDonald, explora la estrecha conexión entre ambos y cómo influyó en la obra del artista la figura de Joanna. La muestra se estructura en seis secciones temáticas que ahondan en las tendencias de la época. El recorrido comienza en el Londres victoriano con representaciones de escenas urbanas y retratos de mujeres vestidas de blanco, incluidos los del propio Whistler. La sección Symphonies in White se centra en la relación del pintor y su musa, mientras que el siguiente capítulo muestra la influencia del arte oriental —muy admirado en Europa— en la técnica del artista.

Tras un diálogo entre la obra de Gustav Coubert y James McNeill Whistler, la muestra concluye con piezas de los diversos artistas que se vieron influidos por el estilo pictórico del norteamericano y el misterio de su pelirroja en blanco. Entre ellos destacan Millais, Klimt o Kerpelés.

Más información The Royal Academy of Arts



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