El hotel Four Seasons Madrid esconde una colección de arte que puedes descubrir si sabes cómo.

Inspiracional y aspiracional. Así es la colección permanente de arte contemporáneo que alberga el hotel Four Seasons Madrid.

El arte es uno de los pilares fundamentales del hotel Four Seasons Madrid y el hilo conductor de una filosofía que armoniza los orígenes decimonónicos del edificio y las tendencias artísticas patrias del siglo XXI. Tal eclecticismo ha sido posible gracias a la iniciativa de Paloma Fernández-Iriondo, curadora de arte y Project Manager de la Colección del hotel, y la complicidad de los estudios BAMO y Lamela, responsables del interiorismo y la reforma arquitectónica del inmueble.

Paloma Fernández-Iriondo, que lleva tres décadas inmersa en el panorama artístico internacional, confiesa que trabajar en un proyecto de semejante calado supuso un importante desafío en su trayectoria profesional. Pese a su experiencia como directora del departamento de pintura antigua de Sotheby’s y experta en la compraventa de arte y el coleccionismo de alto nivel, nunca había participado en la puesta en marcha de un programa tan ambicioso y diferencial. Un trabajo titánico que implicó la perfecta conjunción de la vitalidad del arte emergente de nuestro país y la estética clásica de un conjunto arquitectónico difícil, tanto por sus características y dimensiones como por su emplazamiento, en pleno corazón de Madrid.

Como señala ella misma, “para abordar el proyecto de arte, era necesario reconocer la historia de los edificios del hotel y su esencia del siglo XIX, pero también honrar el siglo XXI y mostrar un compromiso con la comunidad local actual”. Porque crear una colección representativa del arte español actual fue (es) la premisa esencial del proyecto que hoy distingue al Four Seasons de la plaza de Canalejas como uno de los hoteles del mundo con mayor impacto sensorial: alrededor de mil quinientas obras (pinturas, fotografías y esculturas) decoran suites, habitaciones y pasillos, pero también todos los espacios públicos del establecimiento.

Con la idea de encontrar a los artistas españoles emergentes más interesantes, Fernández-Iriondo organizó diversos concursos en las escuelas de bellas artes de Madrid, Málaga y Sevilla. Durante cuatro años, los candidatos enviaron más de quinientas propuestas en las categorías de pintura, obra gráfica, obra sobre papel, fotografía, obra en escayola y escultura. Tras la selección —que tampoco resultó sencilla entre tanto y tan bueno—, el proceso de ubicación de las obras fue una de las tareas más gratificantes para Paloma. Hallar el lugar preciso, conciliar texturas y cromatismos, encajar cada obra donde sobresalga su belleza, buscar los efectos lumínicos más espectaculares… Todo ello en un entorno diseñado para multiplicar las emociones y que apuesta por el arte como elemento diferenciador.

Porque no sólo es el lujo (que también) lo que confiere a este nuevo cinco estrellas madrileño un estatus superior. Cada habitación, cada rincón, los pasillos infinitos que unen y separan estancias esconden una obra de arte, un artista, un sueño. Son espectaculares, por ejemplo, Cajas de luz (2020) de Pilar Cavestany. Ubicadas en la Suite Real —la habitación más emblemática y exclusiva del hotel—, aportan un toque vibrante a este espacio con aires decimonónicos conservados (y restaurados) con toda la intención: la de hacer brillar la riqueza del pasado con las luces nuevas del arte del siglo XXI.

Igualmente destacan las esculturas en madera (abedul, fresno, cedro rojo) o alabastro del jovencísimo José Cháfer (Madrid, 1991) que salpican espacios estratégicos como la entrada al restaurante de Dani García en la 7ª planta; las bellísimas naturalezas y radiaciones de la madrileña Cristina Almodóvar que parecen emitir energía y color; o el imaginario oriental de Sandra Val, protagonista de uno de los espacios que prometen convertirse en el must de la coctelería madrileña. Se trata de Isa, el nuevo gastrobar lleno de historia que abrirá sus puertas el próximo mes de diciembre.

Y ahora sí. Ha llegado el momento de hablar de KAWS. ¿Por qué he dejado para el final a la estrella de la exposición? Pues porque, aunque ahora preside el grandioso patio/lobby del Four Seasons Madrid con una inmensa obra de más de dos metros de altura, sus primeros pasos como escultor e ilustrador los dio en la universidad, al igual que el resto de artistas emergentes cuyas obras hoy conforman la colección permanente del hotel. ¿Qué has detrás de esas cuatro mayúsculas con las que firmaba los muros neoyorquinos? Nada, en realidad. Simplemente le gustaba su aspecto al juntarlas.

Él, Brian Donnelly (New Jersey, 1974), estudió en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York. Posiblemente su efímero paso por The Walt Disney Company influyera en su obra posterior, la que le lanzó al éxito internacional. Hablamos de su serie más icónica, los Companion. Esos inquietantes personajes inspirados en la figura de Mickey Mouse no implican sólo una apropiación (ya lo había hecho antes con intervenciones callejeras sobre imágenes publicitarias), sino una alegoría de los tiempos modernos: el consumismo desmedido, la soledad, el sufrimiento, la depresión. El grafitero de Brooklyn, pese a su despegue artístico y su popularidad, no abandona su esencia. La cultura urbana, la ciudad y las intervenciones en espacios públicos se perfilan cada vez más como fuentes de inspiración, incluso en piezas mucho más cercanas a la abstracción.

Along the Way (2013) es el Companion que tutela desde las alturas todo lo que sucede en el antiguo patio de operaciones de Banesto. Su inmensidad oscura brilla por sí misma en el también gigantesco vestíbulo. Pese a su estética contemporánea, “representa valores tan tradicionales y perdurables como la colaboración, la cooperación y el apoyo mutuo”, afirma Mark Scheinberg, fundador de Mohari Hospitality y donante de la escultura.

La obra, cuyas piezas yuxtapuestas se ensamblan de manera casi mágica, está formada por dos figuras de madera dura entrelazada. La postura de ambas (la una abrazando a la otra en un acto de apoyo), las cruces en lugar de ojos, denotan la sensibilidad del artista, al tiempo que el uso de la madera confiere al conjunto el poder de la cooperación. Vulnerabilidad y fuerza, fantasía y monumentalidad, modernidad y tradición encajan sin ambages en la esencia ecléctica del espacio y en el fin primordial de conjugar lo antiguo y lo nuevo que inspira toda la colección de arte.

Para vivir la experiencia Along The Way y descubrir la colección de arte del hotel Four Seasons Madrid, el equipo de conserjería organiza recorridos personalizados. Más información: 910 88 33 33 o madrid@fourseasons.com.

Más información Four Seasons Hotel Madrid



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