Museo Reina Sofía: El espacio, la censura y la memoria en la obra de Concha Jerez.
La exposición 'Que nos roban la memoria', de Concha Jerez se articula en torno al concepto de la memoria, una cuestión que ha ocupado gran parte de su trayectoria.
Concha Jerez nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1941. Ganó el Premio Velázquez de artes plásticas en 2017 y lleva casi cinco décadas entregada al noble ejercicio de la memoria, componiendo su arte mediante las notas del recuerdo propio y ajeno. Su silencioso trabajo ha recorrido los diferentes momentos de la historia española de la segunda mitad del siglo XX. En ese camino, elementos como la censura, la autocensura (y la tachadura como representación gráfica de la misma), la palabra, el objeto o el espacio han representado un importante papel.
Ella es pionera del arte conceptual, centrando su trabajo primero en la instalación in situ, después en la performance, el vídeo o el arte puramente sonoro. Desde 1989 compagina sus obras individuales con otras realizadas en coautoría con el compositor y artista multidisciplinar madrileño José Iges. Muchas de sus obras se desarrollan en series que completa a lo largo del tiempo con nuevos elementos en función del espacio o del momento.
En su actual etapa personal de reflexión y síntesis de épocas anteriores, trata también otra serie de temas recurrentes como la ambigüedad, el silencio, la cotidianidad, el tiempo, las utopías, el desarrollo de Internet o la vigilancia electrónica y sus límites.
Con la memoria como escenario, la artista recupera y revisa su trabajo desde los años setenta hasta la actualidad. En las obras e instalaciones multimedia (vídeo, audio, fotografía) que pueden verse en la muestra, organizada por el Museo Reina Sofía, aparecen dos de los elementos utilizados por Concha Jerez desde los inicios de su carrera: las noticias de prensa y los escritos autocensurados como caligrafía ilegible.
Bajo el título Que nos roban la Memoria, la exposición tiene un montaje poco ortodoxo. Para ella, la artista ha creado cuatro espacios en las escaleras de piedra del edificio Sabatini y las bóvedas del mismo: la memoria silenciada (la represión franquista a partir de 1939), la memoria olvidada (la que alberga el edificio del museo levantado sobre las ruinas de un hospital), la memoria autocensurada y la memoria escrita. En esta última se proyecta una especie de laberinto sonoro en el que diversos poetas internacionales recitan sus propios versos. Como acompañamiento visual se muestran cuatro escaleras de aluminio intervenidas con acetatos transparentes, procedentes de la instalación Jardín de Palabras Escritas (2001).
Mientras que en las salas de protocolo se exhibe el archivo personal de la artista con dibujos originales de proyectos y bocetos de experimentaciones, en la tercera planta del viejo hospital cuelgan las obras creadas desde la posguerra, la Transición y sus trabajos más reconocidos durante los años 90.
En tres espacios de la tercera planta la artista ha realizado también intervenciones que parten de su definición del silencio como aspecto complementario de la memoria. Uno de ellos alberga la instalación El Lado Oscuro del Espejo (1997), concebida a partir de las acciones que con el título de Paréntesis de Interferencias se exhibieron en el Centro Penitenciario de Carabanchel (1994).
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Que nos roban la memoria. Concha Jerez. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Fotografía: Joaquín Cortés/Román Lores.
29 julio, 2020 – 11 enero, 2021 / Edificio Sabatini, Planta 3, Escaleras, Sala de Bóvedas y Sala de Protocolo.
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