Trocito a trocito.

Aunque sus orígenes se remontan a los tiempos de las cruzadas, allá por el siglo X, esa técnica de costura que hoy conocemos como patchwork –el arte de unir piezas de tela formando dibujos que posteriormente se acolchan– floreció, trocito a trocito, en tierras norteamericanas entre los dedos de los primeros colonos británicos y holandeses asentados en la costa este; la escasez de recursos y las duras condiciones de vida enseñaron a las mujeres de estos pioneros –encargadas de confeccionar la ropa de casa y de toda la familia– a aprovechar hasta el más pequeño retal. Sus coloridas formas encierran infinidad de leyendas coloniales, incluso cuentan que durante la Guerra de Secesión los norteños intercambiaban información secreta mediante signos bordados en las colchas patchwork que colgaban de las ventanas.

Hoy, el patchwork se ha convertido en uno de los estilos de decoración más deseados; modernos, cálidos y alegres, los diseños patchwork marcan tendencia y en PortobelloStreet –que no dan puntada sin hilo– se suman a esta explosión de color con una colección de sofás, orejeros, pufs, baúles, bancos, sinfoniers, cojines, alfombras y complementos que combinan a la perfección la viveza de los tapizados con el diseño clásico de cada pieza, consiguiendo una particular fusión de formas elegante y personal.

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