Sentarse en verde y con Margret.

Elegimos el verde porque somos de los que no pierden la esperanza pero el sugerente sofá Margret está disponible en otras combinaciones de color. Elegimos el verde porque somos de los que no pierden la esperanza pero este sugerente sofá está disponible en otras combinaciones de color.

Si quieres dar un toque de sofisticada elegancia a tu salón, tu sala de estar o incluso a tu dormitorio tienes que acercarte a Ottiu porque sus sillones y sofás se salen por completo de lo habitual, son elegantes y originales, lucen un innegable estilo vintage y son también, por encima de todo, diseños de puro glamour.

Los sillones y sofás de Ottiu tienen nombre de mujer ¿buscas un sillón para tu dormitorio? cuenta con Charisse o Lucy ¿un sofá para una sala de estar? entonces quédate con Natalie o Hedy pero si lo que quieres un un diseño más redondo, no lo duces, Margret es tu chica y tu sofá.

Margret comenzó siendo un gran sofá de salón y ahora presenta una versión más pequeña, equivalente a un sofá de dos plazas, en la que el diseño original resulta más llamativo por sus líneas redondeadas, el tercipelo de su tapicería y sus patas de latón.

La inspiración de este diseño no puede ser más glamourosa y Ottiu la desvela en el nombre con el que ha bautizado el sofá (tanto en su versión primera, la grande, como en la actual), Margret; Anne-Margret fue una actriz, cantante y bailarina que triunfaba en Hollywood allá por los años 60, una década en la que todavía se respiraba algo del famoso glamour de los años 50, este sofá de dos plazas bien podría haber estado en el camerino de esta bella y camaleónica mujer o en su salita de estar, Ottiu lo presenta en una bella combinación de verdes y también en morado; nosotros, que somos muy de no perder la esperanza, nos decidimos a sentarnos en verde pero eso es ya cuestión de gustos, lo invariable es el estilo, el de Ottiu y sus sofás de mediados de siglo XX para salones y salas de estar contemporáneos.

 

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Pequeños caprichos que ponen un toque de confort en nuestra rutina. Objetos de mesa o decoración que nos hacen sonreír de puro placer estético y sin los que ya no podríamos estar.

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