Vida nueva, vidrio nuevo.

Para Lucía Bruni, diseñar no es una simple cuestión estética, hay una responsabilidad asociada. Ella vino desde una pequeña ciudad del norte de Italia para vivir nuevas experiencias a Barcelona y se quedó a estudiar diseño. Aprendió a trabajar el vidrio y montó una empresa, Lucirmás, que ofrece respuestas con conciencia a las necesidades del día a día. Su mejor aliado: el vidrio. Como ella dice, a partir de la arena de sílice,  llega casi directamente de la naturaleza. De hecho, la obsidiana, un vidrio natural, ya era el material con el que el hombre fabricaba puntas de flecha desde hace 75.000 años. Está con nosotros desde toda la vida. Y, al ser reciclable, cada objeto de vidrio encierra mil historias. No hay límite en la cantidad de veces que puede ser reprocesado porque no se degenera, mantiene intactas las propiedades del material usado por primera vez.

Con sencillez, imaginación y buen gusto, Lucía diseña porta velas, percheros, vasos, vasijas, pendientes y cubiertos de vidrio reciclado de colores, elaborados artesanalmente. Objetos que ama porque son los testigos de la vida cotidiana.

Su compromiso con el cuidado del medio ambiente le lleva a reducir en lo posible los procesos de producción para ahorrar energía, reduce los residuos y maximiza el uso de las materias primas. Eso solamente se consigue controlando por completo el proceso de producción. En su taller, ella corta, pule, arena, fusiona y templa el material para transformar una botella en vasos, lámparas y cucharas. Decía Edward de Bono que hay que considerar os objetos no por lo que son sino por lo que podrían llegar a ser. Y en el caso de Lucía Bruni esas palabras son una realidad.

Pero Lucirmás también trabaja a la medida del cliente aportando soluciones de diseño específicas para una persona o una institución, pública o privada. Porque diseñar un objeto es crear un vínculo emocional entre el mismo y la persona que lo va a utilizar. Y eso es lo que hace Lucía.