Blanc de Chine.
La reinvención de la porcelana china que descubriera Marco Polo en sus viajes...
Uno de los materiales que Marco Polo descubrió en China, sin haberlo visto nunca antes en lugar alguno, fue la porcelana. Cuando las primeras piezas de porcelana llegaron a Europa, causaron el mismo encanto entre los nobles que alcanzaban adquirirlas que el que originalmente despertaran en el viajero italiano y allá que se trabajaba para crear la porcelana Europea… algo consiguieron los Médicis y algo más cercano los artesanos ingleses pero fue un alquimista alemán el que dio con la fórmula.
Y aún cuando se producía ya porcelana en Europa, seguía importándose la porcelana china que mantenía, y mantiene a día de hoy, su sello distintivo y de calidad, pero no sólo eso…
Igual que Europa aprendió de China el noble arte de la porcelana, hoy China mantiene y cuida su herencia milenaria bebiendo también en fuentes europeas y occidentales; fruto de este mestizaje cultural este año hemos descubierto una colección única, tan única que se presentó en Milán habiendo llegado de su oriundo Taiwan. Se trata de la porcelana de NewChi.
Heinrich Wang ideaba y diseñaba modelos que ni las mejores fábricas de porcelana china podían llevar a buen término pues los detalles más esbeltos e intrincados no soportaban las altas temperaturas a las que la porcelana se compone; en el convencimiento de que había de hallar una solución Heinrich funda su fábrica en Taiwan donde trabaja, partiendo de la tradición china tanto en los diseños como en el proceso de producción, en cambiarlo, mejorarlo…
Y así llegamos a 2012, año en el que Wang desembarca en Europa con una colección de porcelanas únicas en sus diseños: blanca, como lo era tradicionalmente la porcelana china, en líneas redondeadas y voluptuosas de corte oriental mezcladas con otras más esbeltas, finas, rectas… más del gusto de la actual Europa; una colección llena de inspiraciones dispares contenidas en el propio nombre de cada pieza, las velas en la mar, el ballet, una sombra en el viento, recuerdos imperiales…
En definitiva, una reinvención de la porcelana china que resulta de gusto universal… y absolutamente irrenunciable.