La almohada más cara del mundo cuesta 52.400 euros.

Y además de estar hecha a la medida de tu cuerpo, dispone de una funda tejida en oro de 24 quilates.

Toma nota de este nombre –Tailormade Pillow-, se trata de la almohada más exclusiva -y cara- del mundo, tanto que no hay dos iguales porque todas ellas están hechas a la medida de cada cuerpo, son únicas, personales e intransferibles.

Su precio supera los 50.000 euros pero sólo si eliges la que dispone de una funda en hilo de oro de 24 quilates, si prescindes de ese sofisticado y lujoso detalle, podrás tener tu Tailormade Pillow por algo más de 4.500 euros.

Tendemos a hablar largo y tendido sobre la importancia de una buena alimentación y de la actividad física para mantener nuestro cuerpo sano pero solemos olvidar otro aspecto de capital importancia: disfrutar de un sueño reparador. En las contadas ocasiones en las que damos al buen dormir la importancia que tiene, nos centramos en el colchón y convertimos a la almohada en la gran olvidada de este asunto cuando es, en realidad, un elemento esencial del sueño, del buen sueño.

El fisioterapeuta holandés Thijs van der Hilst es buen conocedor de la importancia de la almohada, tanto que es también el principal responsable de Tailormade Pillow, hecha a la medida de tu cuerpo y sus posturas a la hora de dormir gracias a un escaner en 3D que obtiene tu imagen en tres dimensiones y, en base a ella, utilizando un algoritmo complejo, diseña la almohada perfecta para ti.

Después llega el momento de la impresión 3D y del bordado artesanal de ‘hecho a mano‘ como santo y seña de tu almohada única en el mundo; hasta ahí los detalles de exclusividad y funcionalidad que llevan esta almohada al precio de 4.500 euros y, a continuación, el detalle de lujo… la funda de almohada en hilo de oro que no sólo es lujo por el oro en sí sino por sus propiedades, el oro es uno de los mejores bloqueadores de radiación electromagnética y contar con él en la funda de tu almohada te asegura un ambiente más sano y relajante para tu cuerpo.



Vivir

Pequeños caprichos que ponen un toque de confort en nuestra rutina. Objetos de mesa o decoración que nos hacen sonreír de puro placer estético y sin los que ya no podríamos estar.

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