Templo gastronómico en plena Gran Vía.

El chef cordobés Paco Morales se encarga de firmar uno de los menús más originales y sabrosos de Madrid: el del restaurante Al Trapo, una propuesta que desde este invierno sorprende en plena Gran Vía. Con platillos pensados para ser compartidos, es posible degustar una explosión de sabores en cada bocado. ¿El secreto? La maestría con la que mezcla sabores, en principio, antagónicos.

Todo en Al Trapo está pensado para seducir y atrapar al comensal, aunque nada como los platos estrella. Imposible no pedir el Bollo preñao con morcilla de Burgos y huevo de codorniz, un mix de dulce y salado muy sabroso; y también merecen mucho la pena los Croissants de centolla y mahonesa con kimchi. Además, mollejas de ternera tostadas con lima, coco y sopa de verduras; Rabo de toro guisado con caracoles de mar y ñoquis de polenta o un interesante Arroz Arborio de liebre con naranja al cacao y ali-oli de hongos.

El espacio de Al Trapo ha sido diseñado por el estudio Corada Figueras, quienes con una nueva puesta en escena han reproducido con exactitud el objetivo de Paco Morales respecto al ambiente: una estética algo canalla y elegante. Además, hay distancia suficiente entre mesas como para sentirse cómodo todo el tiempo, con bastante intimidad, lo cual es de agradecer. Con un ticket medio que ronda los 50 €, es el lugar perfecto para una comida de negocios en el centro o una cena en la que celebrar algo especial.

Una pista: si puede, solicite un menú degustación acorde a sus gustos y partiendo de la carta como base. El chef le preparará una propuesta única, a medida y que nunca olvidará.