San Valentín con vistas a la Casa Batlló.

Gaudí era un genio, forma parte de ese selecto grupo de creativos que destinados a poblar la eternidad con su talento y sus ideas dejando en las sociedades en que vivieron una huella indeleble, ajena al paso del tiempo. Barcelona era la ciudad de Gaudí, aunque naciera en Reus, y, si bien no es la única en la que descubrir el paso del genio modernista por el mundo, sí es la más recomendada y recomendable para descubrir su intensa y sorprendente creatividad hecha piedra.

Gaudí tenía su propio modo de entender la geometría y los volúmenes, no digamos ya si hablamos de lo meramente decorativo… Dominaba la cerámica ya forja, también la madera y el vidrio, sus proyectos parecen sacados de cuentos de hadas pero no eran meros sueños ahumados e intangibles, eran edificios absolutamente funcionales y bellos, únicos.

¿Y a santo de qué recordamos hoy a Gaudí y sus cosas? A santo de una escapada de San Valentín, una romántica y con mucho estilo, tan deliciosa que se trata de una escapada con vistas a la Casa Batlló de Gaudí… y eso no es todo.

No es todo porque el hotel que hoy te recomendamos, Margot House, tiene mucho encanto además de unas inolvidables vistas modernistas, es un hotel boutique a la medida de quienes quieren vivir la antítesis del bad romance de Lady Gaga, es decir, un romance de los buenos, de esos con mucho estilo y encanto, apasionados, inolvidables… de esos que te hacen creer en amores eternos.

Y es que el Margot House no solo mira con admiración hacia la Casa Batlló sino que se jacta de lucir un interiorismo firmado por uno de los grandes del sector en el actualidad, Lázaro Rosa-Violán; Margot House ofrece espacios deliciosos en los que compartir una copa de vino… o un masaje para dos, eso además de sus habitaciones con vistas. Y, por si todo esto fuera poco, este fin de semana en particular y a cuenta de San Valentín, ofrecen un pack que es puro amor: upgrade a mejor categoría (según disponibilidad así que ya estás tardando en reservar…), botella de cava a la llegada al hotel, selección de bombones y brochetas de fruta fresca y, como no podía ser de otro modo, el desayuno incluido.