Romeo Hotel, Nápoles postmoderno.

El arquitecto japonés Kenzo Tange firma uno de los hoteles más vanguardistas de Italia. A diferencia de lo que pudiéramos esperar, no se encuentra ni en Roma ni en Milán, sino en la pasional Nápoles, una urbe en la que no abundan este tipo de iniciativas que mezclan lujo, diseño, arte contemporáneo y cultura de vanguardia. De hecho, los huéspedes del Romeo Hotel pueden experimentar el contraste del clasicismo del casco antiguo de la ciudad con los neones que jalonan las zonas comunes del establecimiento. Toda una experiencia para los sentidos.

Aunque si hay que hablar de experiencias, nada como la piscina futurista que corona el edificio, con magníficas vistas del puerto. Mientras se ven atracar a los trasatlánticos y los grandes barcos de pasajeros que surcan el Mediterráneo, uno puede tomarse tranquilamente un cóctel; o descansar antes de jugar una partida de billar en los salones comunes. El descanso aquí o en la propia habitación está asegurado, máxime cuando todos los muebles están pensados para alcanzar el relax más absoluto (desde 160 €/noche).

Perteneciente a Design Hotels, este hotel boutique cuenta además con el spa Dogana del Sale, con 10.000 metros cuadrados dedicados a cuidarnos. Dotado de la última tecnología, es posible descansar en su sauna finlandesa o la de infrarrojos cons ales del Himalaya. Además, baño de vapor, talasoterapia, jacuzzi, duchas de lluvia tropical, frigidarium… y cinco cabinas de tratamiento en los que recibir los cuidados más exquisitos.

¿Hacen falta más razones para querer ir?