Nada como dormir en un bungalow flotante de Guadalupe.

Viajar a cualquiera de las islas de las Antillas es una experiencia en la que no podemos despegarnos del mar. El Caribe, en toda su extensión, está siempre cerca, presente, con sus aguas turquesas reclamando una foto más, un chapuzón, un paseo tranquilo… y, por supuesto, el mundo náutico es inseparable de unas vacaciones allí. Sin embargo, se puede ir más allá. ¿Cómo? Alojándonos en una suite flotante sobre el propio mar Caribe.

Es lo que permite un hotel muy especial: el Aqua Lodge de la isla de Guadalupe, en las Antillas Francesas. El archipiélago, que pertenece aun como etrritorio de ultramar a Francia, es el hogar de uno de esos establecimientos poco convencionales, de ahí que Logis, la cadena hotelera a la que pertenece, lo haya calificado dentro de su categoría ‘Insolites by Logis’.

Y todo porque allí, donde debería haber cimientos lo que hay es agua. La suite no está sobre la tierra, sino flotando, gracias a que ocupa un yate de 78 metros cuadrados (13 metros de eslora por 6 de manga). En su interior, una distribución clásica de suite de hotel: dos dormitorios, cuarto de baño, aseo independiente, cocina, terraza y solárium, así como la posibilidad de disfrutar de todo tipo de herramientas para explorar los fondos marinos, desde un káyak a unas gafas de bucear, tubo de esnórquel, aletas…

Con capacidad para cuatro personas, esta suite es una de las seis Aqua Lodges que tiene el complejo hotelero flotante en Guadalupe, anclada en una laguna de aguas turquesas y a un paso de la isla, por lo que será fácil descubrir el volcán Soufriere, en Saint-Claude; o darse un baño en las cascadas y aguas termales del Carbet, uno de los rincones más idílicos de la isla.

Y para acabar el día, antes de volver al yate-suite, nada como disfrutar de un delicioso sorbete de coco en los chiringuitos de la playa cercana. Luego, el atardecer desde la terraza del Aqua Lodge será inolvidable (desde 225 €/noche).