Le Bristol Paris, mon amour.
Un hotel como pocos en un lugar como ningún otro... Le Bristol Paris.
–Siempre nos quedará París– dice Rick a Ilsa en una despedida de cine y de ‘corazón partío’, un final que nos deja con el alma en vilo y el profundo, casi incontenible y descabellado deseo de viajar a aquel París. Pero hubo otro París, entre tantos otros, era el refugio de Sabrina –París es siempre una buena idea– se decía huyendo de un desamor que no era tal y llegando a un final que resulta más felíz que el que nos depara Casablanca…
El caso es que todo sucedió en París y no podía haber sucedido en otro lugar, que por algo París es la ciudad del amor y la luz. Y es también cuidad de arte y vida, de sofisticación, moda y glamour, todo ello contenido, tanto o más si cabe que en cualquier otro rincón de la urbe, en la rue du Faubourg Saint-Honoré’s; ahí es donde Hermès y Lanvin se instalaron y tras ellos todo un mundo de creatividad parisina. ¿Qué mejor lugar, pues, para instalarnos aunque nuestra visita a la ciudad del Senna sea tan solo por unos días?
Durante los felices años 20 y en esta misma calle abría sus puertas un hotel en el que la mismísima Vivien Leigh -que aseguraba necesitar algo bello que mirar en la habitación de cualquier hotel- se hubiera acomodado sin mayor inconveniente, era Le Bristol Paris; vinieron después años oscuros que el establecimiento sobrellevó bien rindiéndose además a interesantes reformas antes de adentrarse en una nueva época de luz, los glamourosos años 50 y la década de los 60.
En ese tiempo se suceden las aperturas de modistos de primer orden en la Rue du Faubourg Saint-Honoré’s y Le Bristol se llena de celebridades acabando además por convertirse en el lugar predilecto de los fotógrafos de moda para sus reportajes. Y así hasta hoy, toda una historia de glamour, sofisticación, elegancia, ensueño, magia, París…
Hablamos de un hotel de 188 acogedoras y elegantes habitaciones decoradas al estilo del SXVIII haciendo así honor a su antiguedad más allá de sus casi 100 años, además de ellas 92 son suites; cuenta con tres restaurantes -uno de ellos es un jardín- y un bar para vivir la noche de París; sus servicios de SPA y Well-being los sella la firma cosmética suiza La Praire…
Y si todo esto, sumado a su soberbia ubicación, no acaba de convencerte quizá se deba a que no has descubierto todavía las vistas de París desde la terraza de la Suite Penthouse.
En loff.it -como Sabrina- lo tenemos claro, París es siempre una buena idea y Le Bristol el hotel en el que realizarla.
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