Las habitaciones colgantes de la Laponia sueca.

¿Quién no ha soñado de pequeño con tener una casita de madera en el árbol? Como la de Punky Brewster o como la de Bart Simpson para muchos, construir estas cabañas es cosa de niños pero lo cierto es que hay quienes deciden cuidar ese niño que llevan dentro. Y si no es construyendo una de estas casas, que sea alojándose en ellas. Porque, ¿a quién no le apetece pasar unas vacaciones entre las copas de los árboles, en habitaciones de diseño sostenidas en el aire?

A 60 kilómetros del círculo polar ártico, en plena Laponia sueca, rodeado por la naturaleza más salvaje e  inmerso en un enorme pinar se encuentra el Tree Hotel. En el pueblo de Harads, este hotel se presenta como una de las ofertas más innovadoras del turismo. Con la premisa de la construcción sostenible, el hotel, inaugurado en 2010, está fabricado con materiales que dañen lo menos posible el medioambiente.

Además del entorno, único y especial, sorprende al visitante el diseño de cada una de las habitaciones. Así, encontramos hasta seis diferentes parajes suspendidos entre los árboles a una altura de unos cuatro metros y a las que se accede a través de puentes y escaleras

El nido de pájaro; el Ovni, con una forma de nave espacial que puede llegar hasta asustar; el cubo de espejos, para mimetizarse con la naturaleza; la cabina, con vistas al río Lule, el cono azul, con materiales más livianos; la libélula, la más amplia, que puede utilizarse además como sala de conferencias. Y para relajarse en pleno bosque con unas vistas inigualables, el Tree Hotel cuenta con una sauna.

¿Te apetece ahora construir tu casita en el árbol o… irte a una ya fabricada?