J.K. Place Roma… y ama.

Un hotel que es un exceso y un capricho en la ciudad eterna.

Hay lugares del mundo que, más allá de su belleza natural o de los vestigios de su historia, laten envueltos en un aura especial.

Quizá sea por esa belleza o por tanto como ha ocurrido en su espacio, o tal vez sea algo más personal y humano, más de las gentes del lugar, que imprimen caracter y hacen patria pero lo cierto es que resulta indudable que Roma es uno de esos rincones del mundo en los que todo puede suceder. Y es que siendo como es la ciudad eterna, algo debe tener de milagrosa.

Y en esta ciudad viva y alocada encontramos un hotel que es un exceso de belleza, lujo y encanto desde su situación -junto al Tíber y sus puentes- hasta el último detalle que ofrece; nos sorprende y encanta por igual la escalinata interior, las camas con dosel y las zonas comunes llenas de cómodos y acogedores sofás; y todo este mundo de clasicidad se amolda de modo casi perfecto a los gustos más actuales tanto en la elección de los tonos como en el diseño de cada detalle.

El J.K. Place Rome es un lugar que incita y seduce; y lo hace también a través del gusto en su restaurante y en su bar de cócteles, parada obligada antes de retirarte a amar…

A Roma se va de mil maneras y por otros tantos caminos, pues todos llevan a ella, pero cuando el motor del viaje es el amor, no queda más que regalarse una locura, un par de noches de lujo y encanto desmedidos aunque no sea más que porque el amor lo merece. J.K. Place Roma es, sin duda, el lugar.

Más información J. K. Place Rome



Viajar

Una brújula que nos acerca a esos destinos, más o menos lejanos, que alguien, antes que usted ha tenido ya la suerte de pisar.

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