Evasión en medio del Índico.

El atolón Gaafu Alifu es uno de los más largos del mundo. Situado al sur de Maldivas, es el hogar de un hotel que maravilla a cualquier viajero amante del lujo: The Residence Maldives, que ocupa el kilómetro de largo de tierra firme con el que cuenta la isla (hay un servicio de coches adaptados para moverse por ella). Dividido en pequeñas villas en forma de cabaña, su decoración, con muebles artesanales y grandes ventanales, permite disfrutar de un pequeño paraíso tanto cuando estamos ‘bajo techo’ como cuando andamos por su playa de arena blanca o nos damos un chapuzón directamente lanzándonos al agua desde el dormitorio.

Se compone de 94 villas, todas con vistas de 360 grados al paisaje del Índico, y en ellas no se ha escatimado en tecnología: televisores de 40″, reproductor de DVD, Internet, cafetera Expresso… Pero lo divertido es aprovechar para practicar las actividades acuáticas que ofrece a los huéspedes. Aquí es posible surcar el océano en kayak, catamarán o haciendo windsurf, así como zambullirse en sesiones de buceo o de pesca. Además, no faltan oportunidades para hacer jet ski o knee boarding.

Para descansar de tanto ejercicio, cuenta con un completo spa gestionado por la firma cosmética Clarins, así como dos restaurantes y un bar en el que tomar delicados bocados. Llama la atención por su localización, al final de una ensenada de 230 metros, el Falhumaa, cuyo menú pone el acento en el pescado fresco y que cuenta con una cuidada bodega con vinos de todo el mundo. Es también el lugar en el que acabar la noche tomando un licor.

Perteneciente a The Leading Hotels of the World, disfrutar de este pequeño paraíso es posible a partir de 730 €/noche.