El oso de Berlín.

… no en vano el diseño de las zonas comunes es cosa de Patricia Urquiola y la cocina de Páco Pérez -el chef dos estrellas michelín del restaurante Enoteca en Barcelona-.

Das Stue es un rincón un único en el mundo desde su ubicación y arquitectura hasta su diseño y su cocina; situado entre el parque de Tiergarten y el zoo de Berlín, este edificio de los años 30, con el anexo posterior que se construyó cuando dejó de ser embajada para ser hotel, se ha convertido en un remanso de paz y un refugio urbano a sólo un salto de la cosmopolita y rápida vida en la capital alemana.

Alojarse en el Stue es un deleite porque ese es exactamente su objetivo, deleitar a sus huéspedes desde su llegada, acogiéndolos en un diseño que hace honor al nombre del hotel -Stue significa sala de estar en danés-.  Los tonos cálidos y luminosos además de la propia luminosidad del edificio gracias a sus grandes ventanales -los de las habitaciones con vistas al zoo- y sus texturas suaves y envolventes con un punto colorido en las alfombras, componen un escenario de armonía que nos relajará al punto de proponernos una estancia en su SPA.

Y tras deleitar al cuerpo a simple vista y tacto, pasamos a la cocina de Paco Pérez para dejar que nos seduzca el gusto en aromas y sabores; sin renunciar tampoco a la copa de después en el bar del hotel.

Tras descubrir la noche berlinesa volvemos a nuestro refugio, una de las 80 habitaciones y suites con vistas al zoo y con ese punto moderno y vintage a la vez que no sólo no es discordante sino que resulta sorprendentemente bello.

Si Berlín es el destino, Das Stue es el hotel.