Descanso en una isla desierta.

Será difícil encontrarse con un vecino en el Petit St Vincent. Este pequeño resort se encuentra situado en una isla privada del archipiélago de San Vicente y Granadinas, por lo que no hay más casas o bungalows que los propios de este cinco estrellas con 22 cottages y un spa balinés donde descansar cuerpo y alma.

Con varios kilómetros de playas de fina arena blanca y palmerales, sólo a disposición de los huéspedes, no hay rincón que no se haya dedicado al lujo. Además del balneario, cuenta con una coqueta bodega, así como un centro de deportes acuáticos en el que es posible llevar a cabo prácticamente cualquier actividad. Y para los menos marineros, no faltan pistas de tenis, clases de yoga en la playa o una placentera lectura en su biblioteca.

Lo más demandado en el Petit St Vicent es una cena para dos en la playa. El personal del resort se encargará de tener la barbacoa lista durante la puesta de sol para que puedan degustar una rica langosta recién cocinada a la brasa.

Por cierto, aquí no hay televisión ni acceso a Internet. No queda más remedio que desconectar y ‘limitarse’ a disfrutar de lo que da de si una isla privada en pleno Caribe. A partir de 894 €/noche.