Coloso bicéfalo en Dubái.
Dos torres gemelas forman el JW Marriott Marquis, el cinco estrellas más alto del mundo.
En los Emiratos Árabes son amantes de hacerlo todo a lo grande; y en cuestión de hoteles de lujo no van a ser menos. Buen ejemplo de ellos es el JW Marriott Marquis de Dubái, un cinco estrellas que puede presumir de ser el edificio completo dedicado a un hotel más alto del mundo, con 355 escalofriantes metros de altura (el Ritz Carlton de HongKong se encuentra en un rascacielos de 488 m, pero no todo es hotel). Para hacerse una idea: el Empire State mide apenas 26 m. más que él.
Compuesto por dos torres gemelas de 72 plantas (la segunda de ellas se espera que se inaugure el año que viene, hasta completar las 1.608 habitaciones y suites previstas), en su interior alberga ya nueve restaurantes y cinco bares y lounges completamente equipados con cientos de etiquetas den botellas de todo sabor, condición y denominación de origen. Dos salas de baile y 32 salas de reunión permiten, además, hacer negocios o eventos sin ni siquiera salir al sofocante calor del desierto.
Su centro de fitness y spa, el Saray Health Club, está equipado con máquinas cardiovasculares y dos piscinas, una cubierta y otra exterior, así como sauna y cabinas de tratamientos. En estas, las puertas se han creado según la tradición árabe de la marquetería más exquisita.
A partir de 220 €/noche es posible darse uno de los placeres más hedonistas y a mayor altura del mundo, y con un amanecer y puesta de sol dignas de aplauso. Personas con vértigo, abstenerse.
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