Que la Nochevieja de por aquí con las uvas, que por allí las maletas repletas de objetos que auguran cómo será el año que viene. Que quemar lo que no nos ha gustado o poner algo de oro en la copa del brindis. Que las cábalas nos hacen pensar que ya hemos hecho “todo” de nuestra parte para que las cosas sucedan, aunque en realidad terminar el año a lo grande y comenzarlo más a lo grande es lo mejor que podemos hacer porque… el mañana es… eso, mañana. Y lo único que tenemos realmente es el hoy.
Así que elige tu mejor outfit y tu mejor sonrisa, recuerda eso de “que la adversidad te encuentre sobre tacones” con la frente alta y dispuesto a todo. Porque siempre hay motivos para celebrar. Incluso el que no los haya, porque así puedes crear nuevas razones.
Así que cuando el reloj marque la medianoche puede que tú te encuentres en la mesa, con los tuyos, exactamente igual que siempre ha sucedido (las tradiciones son así). Puede que estés leyendo esto desde el fin de año mediático de NY, en Times Square. O que estés en Vienna escuchando el gran concierto. Si eres de los indecisos (y para qué negarlo, de los que pueden permitírselo) tal vez hayas decidido montarte en un jet privado e irte a por las uvas en varias partes del mundo en una misma noche.
Puede que leas estas líneas y cambies repentinamente tu lista de deseos para el 2016 y cojas una idea para cerrar el próximo año. O puede que sólo recorras, en letras, estas Nocheviejas en Dubái, donde la playa se convierte en el perfecto escenario para un show de fuegos artificiales. ¿Qué tal la de Bangkok yéndote por las nubes? O mejor, desde un crucero en California desde el cual recorrerás muchas geografías sin salir del puerto.
Claro que si prefieres el calor, en Argentina hay un castillo en el medio del campo, para comer unas uvas (allí uvas pasas, como manda la tradición) en cuanto acabe la payada entre gauchos al fogón. ¿Exótico has dicho? Para eso, una Nochevieja en Marrakesh pero con sabor indio.
Y así. Que el año se acaba. Y el año comienza. Siempre hay motivo para celebrar.
Es una de las fiestas más exclusivas del mundo (y tal vez de las más grandes). A eso de las 7:30 de la tarde comienza una recepción en donde no faltan las copas de Champagne. Media hora más tarde, una banda de 30 músicos empieza su concierto que se extenderá hasta las 3 am. Lo de la barra libre se lleva al extremo con marcas premiums y, por supuesto, más y más Champagne. El menú es un buffet que parece no tener fin con miles de platos internacionacionales. A las 12 comienza el espectáculo de fuegos artificiales con el skyline de Dubái de fondo. En más de una de las 607 mesas seguro que habrá niños, ¿no? Pues para ellos hay una fiesta a parte. Porque el Atlantis The Palm Hotel & Resort ha recreado el mundo de Alicia en el País de las Maravillas, para vivir una completa experiencia mágica.
Bangkok se convierte en una ciudad de luces al llegar las 12 y desde The Dome, la cúpula del espectacular edificio, uno se siente un poco dueño de esa fiesta de colores. Una vertiginosa aérea de la ciudad con lo mejor de la mixología más moderna mientras ves cómo baja el balón inmenso al mejor estilo Times Square en NY. Un icono de fiesta y de comienzo de año espectacular.
Uno de los clásicos de California, es el buque Queen Mary que está en el puerto de Long Beach. La fiesta allí te llevará por Hollywood, China, Japón, New Orleans y Rusia, en la misma noche y sin salir del puerto. Todo un barco con fiestas y cenas en sus salones principales y la posibilidad de hacer noche allí mismo. Una de las mejores postales de la madrugada serán los fuegos artificiales que verás desde la costa. El crucero que comenzó a construirse en 1930 es todo un clásico para pasar una Nochevieja diferente en California.
Nochevieja gauchesca en Estancia La Candelaria, Buenos Aires.
No estamos en un rincón de Europa, sino en Argentina. En pleno campo de Buenos Aires, en la Estancia La Candelaria, tienen preparado un fin de año de paseo a caballo, guitarras y gauchos alrededor del fogón. La noche llega a los jardines de su castillo con un menú degustación acompañado de vinos de la Bodega Luigi Bosca. Infaltables los fuegos artificiales y la fiesta hasta la madrugada en un entorno campestre.
Exóticos rituales de fin de año en el Hotel Selman, Marrakech.
Lo de una Nochevieja templada y exótica también es algo que se puede vivir en el Selman de Marrakech. Una noche de pura inspiración india. La energía del hotel se potencia con un menú rico en colores fuertes y especias, una fiesta por todo lo alto con música vibrante y clases de yoga tanto para el día anterior como para el despertar de la primera mañana del 2016.
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